Un avión de Estados Unidos con 175 migrantes venezolanos deportados aterrizó este domingo en el aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía, cerca de Caracas, aunque la cifra fue 54 personas inferior a la prevista. Según la Administración de Nicolás Maduro, la diferencia en el número de deportados se debió a un «gran desorden» por parte de las autoridades estadounidenses.

El vuelo, que llegó pasadas las 2:00 p.m. hora local (12:00 p.m. de El Salvador), fue recibido por el ministro de Interior, Diosdado Cabello, quien señaló que entre los deportados había «alguien de peso reclamado por la Justicia venezolana», aunque aclaró que no se trataba de un miembro del Tren de Aragua, una banda criminal transnacional mencionada en las acusaciones de Washington.

Cabello comentó que este grupo de 175 migrantes, de los cuales 11 eran mujeres, fueron «repatriados desde los Estados Unidos luego de haber sido sometidos a una persecución y maltrato», señalando que todos los venezolanos fueron acusados de pertenecer al Tren de Aragua. Sin embargo, el ministro calificó esas acusaciones como una «gran mentira» que busca «estigmatizar y criminalizar a los venezolanos».

El ministro también mencionó que existe una «comunicación directa» entre las autoridades de ambos países y que se tramitaron los permisos necesarios para la operación, incluidos los relativos al sobrevuelo de un avión estadounidense sobre territorio venezolano. Este vuelo es el tercero en una serie de repatriaciones acordadas entre Caracas y Washington, que comenzaron la semana pasada tras la reanudación de los vuelos de repatriación.

Hasta la fecha, 1,471 venezolanos han retornado a su país desde febrero, como parte del programa «Vuelta a la Patria», lanzado por el gobierno venezolano en 2018. Este programa ha sido implementado en colaboración con Estados Unidos, México y Honduras, que han servido como puente para las repatriaciones.

Este vuelo se produce en medio de tensiones diplomáticas entre Caracas y Washington, con la reciente cancelación por parte de Estados Unidos de los permisos de exportación de crudo de la petrolera estatal venezolana PDVSA a empresas internacionales, incluyendo la española Repsol. A pesar de estas sanciones, el gobierno de Maduro ha insistido en que las sanciones serán «enfrentadas, controladas y superadas».

Además, Caracas continúa exigiendo la lista de los más de 200 migrantes que fueron deportados hace dos semanas por Estados Unidos a El Salvador, bajo la acusación de pertenecer al Tren de Aragua, una acusación que Cabello calificó de «violación flagrante y continuada de los derechos humanos» de los deportados.

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