Ismail Haniyeh, líder del movimiento islamista palestino Hamás, fue asesinado en Teherán en un ataque que ha sido atribuido a Israel, según informaron la Guardia Revolucionaria de Irán y el propio movimiento palestino en un comunicado esta madrugada.

Haniyeh, quien estaba en el exilio entre Turquía y Catar, había viajado a Teherán para asistir a la ceremonia de investidura del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian. Según el comunicado de Hamás, Haniyeh fue atacado mientras se encontraba en su residencia en la capital iraní, lo que resultó en su muerte y la de uno de sus guardaespaldas.

La Guardia Revolucionaria de Irán ha confirmado el ataque y está investigando su origen, aunque, según la agencia de noticias local Fars, el ataque se habría llevado a cabo mediante un «proyectil aéreo».

La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante este acto de violencia. Numerosos países, incluidos Turquía, China, Rusia y Catar, condenaron el asesinato y advirtieron sobre el riesgo de una mayor escalada del conflicto. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Catar expresó su temor de que el asesinato pueda «sumir a la región en el caos» y socavar las posibilidades de paz. Por su parte, la cancillería turca describió el acto como un «despreciable asesinato» y advirtió sobre el intento de «extender la guerra en Gaza a una dimensión regional».

Musa Abu Marzuk, miembro de la oficina política de Hamás, calificó el asesinato como un acto de «cobardía» y prometió que no quedará impune. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, instó a los palestinos a «permanecer unidos y firmes» contra la ocupación israelí.

Haniyeh, de 61 años, era considerado un pragmático dentro de Hamás y mantenía buenas relaciones con varias facciones palestinas, incluso con sus rivales. Tras su muerte, se han convocado huelgas generales y marchas en protesta por el «asesinato del gran líder nacional» en Gaza y otras áreas bajo control palestino.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha reiterado su compromiso de destruir a Hamás y recuperar a los rehenes secuestrados durante el ataque del 7 de octubre, que dio inicio a la actual guerra en Gaza. El ataque de Hamás dejó 1.197 muertos en el sur de Israel, en su mayoría civiles, y secuestró a 251 personas, de las cuales 111 permanecen cautivas, con 39 confirmados fallecidos.

La campaña militar de represalia de Israel en Gaza ha causado al menos 39.400 muertes, según el Ministerio de Sanidad del gobierno de Hamás. La escalada de hostilidades también ha implicado ataques entre grupos proiraníes, como Hezbolá, e Israel, intensificando la tensión regional.

El martes, el ejército israelí atacó un bastión de Hezbolá en el sur de Beirut, resultando en la muerte de un alto comandante de este grupo. Hezbolá ha confirmado la presencia de su jefe militar, Fuad Shukr, en el edificio atacado, aunque su estado actual sigue sin ser confirmado.

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