La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, destacó ayer en una conferencia de prensa que la alianza entre el Gobierno de El Salvador, bajo la presidencia de Nayib Bukele, y Estados Unidos, liderado por Donald Trump, ha establecido un modelo de cooperación bilateral que ahora sirve como ejemplo para otras naciones a nivel mundial.

Leavitt subrayó que la relación entre ambos países ha alcanzado un nivel de colaboración ejemplar, con un enfoque particularmente fuerte en la seguridad pública. En este sentido, reveló que el próximo 14 de abril, el presidente Donald Trump recibirá al mandatario salvadoreño para una visita oficial de trabajo en la Casa Blanca. Durante este encuentro, se discutirá la colaboración de El Salvador en el uso de su Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) para albergar a pandilleros de grupos criminales como el Tren de Aragua y la MS-13.

La cooperación entre ambos gobiernos en el combate a la criminalidad y las pandillas continúa fortaleciéndose. El pasado 27 de marzo, Gustavo Villatoro, Ministro de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador, y Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, firmaron un Memorando de Cooperación para actualizar la Alianza de Seguridad para el Control de Fugitivos. Este acuerdo permitirá la compartición de antecedentes penales de fugitivos, garantizando que los criminales no sean liberados accidentalmente en las comunidades estadounidenses.

Además, la cooperación ha dado frutos tangibles con el traslado de más de 250 pandilleros de alto perfil hacia el Cecot en marzo de este año. Esta medida resalta la determinación de ambos países para erradicar el crimen organizado y fortalecer la seguridad a nivel regional.

Este reconocimiento resalta el impacto que las políticas de seguridad de El Salvador están teniendo no solo en su país, sino también en otras naciones que buscan soluciones efectivas frente a la delincuencia organizada. Como destacó The Economist, Perú se enfrenta a una creciente ola de violencia, pero se destacó que aún es posible hacerle frente con voluntad política, algo que, según los expertos, ha faltado en el país andino.

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