La crisis energética en Cuba continuará este martes, con apagones que afectarán simultáneamente alrededor del 47 % del país durante las horas de mayor demanda, según las previsiones de la Unión Eléctrica (UNE). La empresa estatal anticipa un déficit eléctrico significativo, similar a los apagones recientes que han superado el 40 % de afectación en días pasados.
Las principales causas de esta crisis energética continúan siendo las constantes averías en las viejas centrales térmicas, que llevan décadas de explotación, y el déficit de combustible, factores que se han profundizado en los últimos meses. A pesar de los esfuerzos, los apagones siguen afectando a los cubanos con una frecuencia creciente, como se evidenció en los cuatro apagones nacionales ocurridos en menos de seis meses, siendo el más reciente a mediados de marzo, cuando una gran parte del país estuvo sin electricidad durante el fin de semana.
Para este martes, se espera que la capacidad máxima de generación eléctrica alcance los 1,927 megavatios (MW), mientras que la demanda estimada es de 3,500 MW, lo que resultará en un déficit de 1,573 MW y una afectación de 1,643 MW durante el ‘horario pico’ de la tarde-noche, cuando aumenta el consumo. Esto significa que una parte importante del país quedará desconectada del servicio eléctrico en el momento de mayor necesidad.
El informe de la UNE también detalla que siete de las 20 unidades de producción termoeléctrica en Cuba están fuera de servicio debido a averías o mantenimientos, lo que empeora aún más la situación.
Expertos independientes han señalado que la crisis energética es producto de una infrafinanciación crónica del sector eléctrico cubano, que ha estado bajo control estatal desde el triunfo de la revolución en 1959. La falta de inversión y la obsolescencia de las infraestructuras contribuyen a la constante inestabilidad del sistema eléctrico.
Por otro lado, el Gobierno cubano subraya el impacto de las sanciones estadounidenses, que han afectado la capacidad de importación de combustible y recursos necesarios para mantener en funcionamiento el sistema energético. Sin embargo, los críticos del gobierno consideran que la falta de planificación y la mala gestión en el sector energético son las principales causas de la situación.
Los apagones han tenido efectos devastadores en la economía cubana. En 2023, la economía de la isla se contrajo un 1,9 %, y no se espera que crezca en 2024. Según las estimaciones del Gobierno, el Producto Interno Bruto (PIB) de Cuba sigue por debajo de los niveles de 2019 y no alcanzará niveles pre-pandemia en 2025, año en el que se prevé un crecimiento mínimo del 1 %. Los cortes de electricidad afectan tanto a la vida diaria de los ciudadanos como a las empresas, dificultando la producción y el desarrollo económico del país.
En resumen, Cuba enfrenta una crisis energética persistente, con apagones que afectan a grandes sectores de la población, y una economía que sigue luchando para recuperarse de la escasez de recursos y la falta de infraestructura.