La Casa Blanca ha tomado la decisión de despedir a tres funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) debido a su involucramiento en el escándalo denominado ‘Signalgate’, que consistió en la filtración de detalles confidenciales sobre una ofensiva en Yemen a través de una aplicación de mensajería. Los funcionarios despedidos son:

  • Brian Walsh, director de inteligencia.
  • Thomas Boodry, director senior de asuntos legislativos.
  • David Feith, encargado de supervisar tecnología y seguridad nacional.

El escándalo comenzó cuando Mike Waltz, consejero de Seguridad Nacional, accidentalmente invitó al editor jefe de la revista The Atlantic, Jeffrey Goldberg, a un chat en el que se compartieron datos sensibles sobre un ataque planeado contra los rebeldes hutíes en Yemen. Durante los cuatro días en los que Goldberg estuvo en el chat, varios miembros del gabinete de Trump revelaron información clasificada, como objetivos y el cronograma del ataque, lo que fue posteriormente reportado por Goldberg.

A raíz de la filtración, Waltz asumió la responsabilidad del incidente, pero Donald Trump decidió mantenerlo en su puesto. Sin embargo, los despidos de Walsh, Boodry y Feith ocurrieron poco después del escándalo, con especulaciones que sugieren que la activista Laura Loomer desempeñó un papel clave al presionar públicamente al presidente para que tomara medidas tras las repercusiones negativas de la filtración. Además, Alex Wong, el asesor adjunto de Seguridad Nacional que creó el chat, podría estar también bajo amenaza de despido.

Aunque no se ha confirmado una relación directa entre los despidos y la filtración, informes indican que los funcionarios destituidos habían sido percibidos dentro del NSC como figuras consideradas «anti-neocon», lo que podría haber influido en la decisión final.

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