El ministro de Seguridad de El Salvador, Gustavo Villatoro, informó que diez personas deportadas desde Estados Unidos fueron trasladadas a El Salvador desde la base naval de Guantánamo, Cuba. Estos individuos, presuntos miembros de las pandillas MS-13 y del grupo criminal Tren de Aragua, se encuentran actualmente recluidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una prisión de máxima seguridad en El Salvador.

El anuncio fue hecho en su cuenta de X, donde Villatoro reafirmó el compromiso de El Salvador en la lucha contra el terrorismo transnacional y destacó la importancia de recibir y asegurar a los deportados. «Anoche, recibimos desde Guantánamo a 10 criminales de la MS-13 y del Tren de Aragua, quienes ya se encuentran encerrados en el CECOT», publicó el funcionario, quien también subrayó el enfoque de su país en reducir el crimen organizado.

Este traslado se produce días antes de la reunión entre los presidentes Nayib Bukele y Donald Trump en la Casa Blanca, donde se abordaron temas de seguridad regional y cooperación en la lucha contra el crimen. Durante el encuentro, Bukele reiteró su compromiso con la seguridad de El Salvador y no aceptó la devolución de Kilmar Ábrego García, un salvadoreño que, según Estados Unidos, fue deportado por error en una operación polémica.

Por su parte, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, confirmó que los diez delincuentes fueron parte de los traslados programados, como parte del esfuerzo conjunto para erradicar las organizaciones terroristas internacionales. Desde la llegada de la administración Trump, se ha intensificado la colaboración entre ambos países en materia de seguridad, incluida la deportación de individuos vinculados a grupos violentos.

Este es uno de varios envíos de deportados a El Salvador, que ha recibido 288 personas hasta la fecha, incluidos miembros de pandillas como el Tren de Aragua y la MS-13, quienes enfrentan graves cargos por su participación en actividades criminales internacionales.

La colaboración de El Salvador con Estados Unidos en la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo ha sido una prioridad para ambos gobiernos, especialmente en un contexto donde las autoridades salvadoreñas continúan con esfuerzos para reducir la violencia interna, especialmente la producida por las pandillas.

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