Un análisis de datos del Banco Central de Reserva (BCR) de El Salvador ha revelado que un abrumador 89 % de los proveedores de servicios de bitcóin registrados en el país no están operando activamente. Aunque el BCR ha registrado al menos 181 proveedores de servicios de bitcóin habilitados para operar en El Salvador, 161 de estos se encuentran en estado de “no operación”, lo que plantea interrogantes sobre el éxito de la implementación del bitcóin como moneda de curso legal.

La regulación de los proveedores

De acuerdo con la normativa salvadoreña, los proveedores de servicios de bitcóin deben cumplir con ciertas condiciones establecidas en el artículo 4 del Reglamento de la Ley Bitcóin. Entre estos requisitos se incluyen la implementación de programas contra el lavado de dinero, la obligación de mantener registros precisos sobre sus activos y pasivos, y tener sistemas de ciberseguridad adecuados para el tipo de servicios que ofrecen.

Sin embargo, según los datos del BCR, al menos 22 de los proveedores que no están operando no han cumplido con las regulaciones mencionadas. Esta situación pone en evidencia que muchos de los proveedores registrados no han logrado establecer los mecanismos necesarios para garantizar la seguridad y legalidad de sus operaciones, lo que ha limitado su capacidad para operar de acuerdo con los estándares nacionales.

Proveedores activos y el caso de Chivo Wallet

A pesar de la baja cantidad de proveedores activos, hay un grupo pequeño de empresas que siguen operando en el mercado, como Chivo Wallet, la billetera gubernamental que fue lanzada como parte de la iniciativa de adopción del bitcóin, Crypto Trading & Investment y Fintech Américas, entre otras. Este pequeño número de proveedores activos refleja una tendencia generalizada de desconfianza o dificultades operativas dentro del ecosistema de bitcóin en El Salvador.

El panorama económico y político del bitcóin en El Salvador

El Salvador fue pionero en 2021 al adoptar el bitcóin como moneda de curso legal, junto con el dólar estadounidense. Esta decisión, impulsada por el presidente Nayib Bukele, buscaba posicionar al país como un hub de innovación financiera y atraer inversiones internacionales. Sin embargo, el controversial movimiento no estuvo exento de críticas y desafíos, tanto a nivel interno como internacional.

Uno de los mayores retos ha sido la fluctuación del precio del bitcóin, que ha generado incertidumbre económica. Aunque el Gobierno de Bukele sigue apostando por el bitcóin, el país ha enfrentado presiones externas, como las impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le pidió al Gobierno salvadoreño que dejara de utilizar fondos estatales para la compra de bitcóin. A pesar de esta recomendación, el gobierno ha seguido comprando criptomonedas, acumulando más de 6,100 bitcoines, cuyo valor actual supera los 500 millones de dólares.

La continua compra de bitcóin por parte del gobierno, a pesar de las críticas y las condiciones del FMI, ha sido un tema de debate. Sectores de la oposición han señalado que esta estrategia pone en riesgo el acuerdo que El Salvador alcanzó con el FMI, el cual le otorgó un crédito de 1,400 millones de dólares.

Consecuencias y perspectivas

El alto número de proveedores de servicios de bitcóin que no operan indica que la implementación de esta moneda digital como parte integral de la economía salvadoreña no ha sido tan exitosa como se esperaba. La falta de cumplimiento con las normativas y los bajos niveles de operación son una señal de que el mercado de las criptomonedas en El Salvador todavía enfrenta obstáculos significativos. Además, las fluctuaciones del valor del bitcóin y las tensiones con el FMI podrían complicar aún más el panorama económico del país.

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