Miles de manifestantes se congregaron ayer en Jerusalén para abuchear al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusándolo de una deriva antidemocrática y de continuar la guerra contra Hamás sin tomar en cuenta la vida de los 58 rehenes en manos del grupo terrorista en la Franja de Gaza.
La protesta, la más significativa en los últimos meses, fue organizada por grupos opositores a Netanyahu y se centró en su reciente decisión de destituir a Ronen Bar, jefe del Shin Bet, el servicio de inteligencia israelí. A la manifestación frente al Parlamento se sumaron también familiares de los rehenes, quienes exigían el cese de los bombardeos en Gaza y el retorno seguro de sus seres queridos.
Zeev Berar, un hombre de 68 años que llegó desde Tel Aviv, expresó a la AFP: «Esperamos que todo el pueblo de Israel se una al movimiento y continúe hasta que se restablezca la democracia y se liberen a los rehenes». Entre los cánticos de los manifestantes se destacaban frases como «Tú eres el jefe, tú tienes la culpa» y «Tienes sangre en las manos». Otros portaban carteles que decían: «Todos somos rehenes».
Los familiares de los cautivos sostienen que, al autorizar el reinicio de los bombardeos el martes, Netanyahu sacrificó la vida de los rehenes que aún permanecen con vida y que podrían haber sido víctimas de los ataques aéreos. La protesta sigue siendo un recordatorio de la creciente tensión en Israel respecto a la gestión del conflicto y la situación de los rehenes.