El Gobierno de Estados Unidos ha emitido una clara advertencia a Venezuela, anunciando que impondrá «nuevas sanciones duras» si el presidente Nicolás Maduro no acepta el retorno de sus ciudadanos repatriados desde territorio estadounidense. La amenaza fue lanzada por Marco Rubio, jefe de la diplomacia estadounidense, quien destacó que el tema no es negociable.
«A menos que el régimen de Maduro acepte un flujo constante de vuelos de deportación, sin excusas ni demoras, Estados Unidos impondrá nuevas sanciones duras y crecientes», señaló Rubio en un mensaje a través de la red social X. El funcionario estadounidense insistió en que Venezuela está obligada a aceptar a sus ciudadanos deportados, y dejó claro que este asunto no está sujeto a debate.
La administración del presidente Donald Trump, que ha puesto en marcha una operación de expulsión de migrantes en situación irregular, ha instado a los países de origen a colaborar en el proceso de repatriación. Según el Gobierno estadounidense, su prioridad son los migrantes vinculados a organizaciones criminales como los carteles de la droga mexicanos, la banda venezolana Tren de Aragua y la pandilla M-13, a quienes ha calificado de «terroristas globales».
Tras su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump envió a su enviado especial Richard Grenell a Caracas, y a Rubio a varios países latinoamericanos, con el fin de lograr que estos gobiernos aceptaran la repatriación de sus ciudadanos. En el caso de Venezuela, Estados Unidos ha acusado a Maduro de no cumplir con los acuerdos previos sobre el ritmo de los vuelos de repatriación. Como represalia, Washington revocó la licencia que permitía a la petrolera estadounidense Chevron operar en el país sudamericano.
El 13 de marzo, el Gobierno de Estados Unidos anunció que Venezuela había aceptado reanudar los vuelos de repatriación. Sin embargo, al día siguiente, el Gobierno venezolano negó que esto se hubiera concretado, alegando problemas meteorológicos como motivo de la demora.
La situación continúa siendo tensa, y la presión de Estados Unidos sobre Venezuela se mantiene firme, con la amenaza de sanciones adicionales si no se cumplen los acuerdos sobre la repatriación de migrantes.