Este viernes, Mark Carney asumió oficialmente como el nuevo primer ministro de Canadá, sucediendo a Justin Trudeau en un contexto de crecientes tensiones con Estados Unidos. Carney, exdirector del Banco Central de Canadá y del Banco de Inglaterra, fue elegido por el Partido Liberal tras la dimisión de Trudeau en enero, quien dejó el cargo después de perder apoyo político tras una década de gobierno (2015-2025).

En una ceremonia celebrada en Ottawa, Carney juró su cargo ante la gobernadora general Mary Simon, representante del rey Carlos III, jefe de Estado de Canadá. Con 60 años y sin experiencia política previa, Carney asume la responsabilidad de liderar en un momento crucial para el país, enfrentando una guerra comercial con Estados Unidos, que ha impuesto aranceles a las importaciones canadienses y ha realizado amenazas de anexión.

En su discurso de toma de posesión, Carney reafirmó el compromiso de Canadá con su independencia y soberanía. «Los estadounidenses no deben equivocarse: tanto en el comercio como en el hockey, Canadá ganará», declaró, desafiando las amenazas del presidente Donald Trump, quien ha sugerido en reiteradas ocasiones que Canadá debería convertirse en el estado 51 de Estados Unidos. «Canadá nunca jamás será parte de Estados Unidos, de ninguna manera», agregó.

Aunque Carney nunca fue electo para un cargo público, su vasta experiencia en el sector financiero le ha valido la confianza de su partido para afrontar la creciente crisis comercial. Como exdirigente del Banco de Inglaterra durante la crisis del Brexit y del Banco Central de Canadá en la crisis financiera de 2008-2009, Carney ha demostrado ser un líder con una sólida preparación en tiempos de turbulencia económica.

El nuevo primer ministro también ha manifestado estar «listo para sentarse» con Trump para negociar un nuevo acuerdo comercial, buscando evitar mayores conflictos económicos. Esta semana, los aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos sobre el acero y el aluminio entraron en vigor, lo que provocó una respuesta inmediata por parte de Canadá con nuevos aranceles sobre productos estadounidenses.

Carney se presenta como un negociador experimentado en un contexto donde la relación entre Canadá y Estados Unidos, históricamente un fuerte aliado, está en juego. Las próximas elecciones generales canadienses, previstas para octubre, podrían adelantarse, y las amenazas de Trump jugarán un papel central en la campaña electoral.

Con una oposición conservadora que se perfila como levemente favorita en las encuestas, Carney tendrá que demostrar sus habilidades políticas en un escenario complicado, donde los desafíos económicos y la política internacional marcarán el rumbo del país.

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