Nayib Bukele, afirmó este domingo en redes sociales que no existe «oposición sin dinero de USAID», refiriéndose a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, que tiene sus fondos congelados por orden del expresidente Donald Trump. El mandatario hizo esta declaración junto con una imagen aérea de la protesta contra la minería, que se realizó frente a la Biblioteca Nacional de El Salvador (BINAES).

Bukele acusó a los sectores opositores en el país de recibir apoyo financiero de USAID para organizar manifestaciones contra la minería metálica. Según el presidente, «toda la oposición local» convocó a una protesta masiva y estuvo acompañada por el «90%» de las organizaciones no gubernamentales, universidades, iglesias y grupos activistas. «Llevaron a cabo una campaña de un mes en los principales medios de comunicación y las redes sociales, contaron con el apoyo de los medios de comunicación más poderosos del país», señaló Bukele. Además, resaltó que eligieron un día festivo (domingo) para garantizar la participación de los ciudadanos, organizando actos preparatorios y promoviendo la manifestación.


La protesta de este domingo, que tuvo lugar frente a la BINAES, estuvo protagonizada principalmente por jóvenes estudiantes, miembros de la Federación Estudiantil Salvadoreña (FES) y del Bloque de Rebeldía y Resistencia Popular (BRP). Esta manifestación es una de las muchas acciones que se han llevado a cabo en El Salvador en contra de la minería metálica, especialmente tras la reversión de la prohibición de esta práctica por parte de la Asamblea Legislativa el 23 de diciembre de 2024.

La oposición a la minería metálica ha sumado apoyo de distintos sectores, incluyendo la Iglesia Católica, que se ha manifestado en contra de los impactos ambientales y sociales que la actividad minera podría generar. La controversia sobre este tema ha sido uno de los puntos más tensos en el gobierno de Bukele.

Tras su victoria en las elecciones de febrero de 2024, Bukele había declarado que la oposición en El Salvador estaba «pulverizada» y que el país sería la primera democracia con un solo partido político. Después de la reducción de diputados en la Asamblea Legislativa de 84 a 60, la oposición ha quedado relegada a solo tres escaños, lo que ha reforzado la concentración de poder en el presidente.

La acusación de Bukele sobre el financiamiento extranjero para las protestas se enmarca en su continua crítica a los actores internacionales y a los sectores que considera opositores a su gobierno. El enfrentamiento entre el presidente y la oposición, tanto dentro como fuera del país, continúa siendo un tema de fuerte debate en la política salvadoreña.

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