El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó a la Agencia para la Ayuda al Desarrollo Internacional (USAID) de desviar fondos destinados a la cooperación internacional para financiar medios de comunicación a cambio de publicar noticias favorables a los demócratas. En una serie de publicaciones en su plataforma Truth Social, Trump denunció que algunos periódicos, como Político, habrían recibido hasta 8 millones de dólares por difundir contenido alineado con los intereses del partido demócrata.
Trump también planteó dudas sobre si otros medios, como The New York Times, habrían recibido fondos de la misma manera y sugirió que este caso podría convertirse en el mayor escándalo político en la historia de Estados Unidos, añadiendo que los demócratas no podrían ocultar la magnitud de la situación. Según el presidente, la acción de USAID de financiar a los medios con dinero público representa una violación de confianza, argumentando que esos fondos deberían haberse destinado exclusivamente a la cooperación internacional.
La denuncia se produce en un contexto de cambios importantes dentro de la administración estadounidense, luego de que el senador Marco Rubio, secretario de Estado de EE. UU., anunciara que USAID pasaría a estar bajo el control directo del Departamento de Estado. Esta reorganización busca limitar los fondos a proyectos que estén alineados con las prioridades del gobierno de Trump.
Al día siguiente, USAID emitió un comunicado en el que informaba que sus empleados, incluidos los funcionarios desplegados en el extranjero, serían puestos en licencia administrativa a partir del viernes. La medida siguió a las revelaciones del empresario Elon Musk, quien sugirió que la agencia cerraría como parte de un esfuerzo para reducir el gasto público.
Aunque Rubio aclaró que USAID no desaparecería, subrayó que estaría bajo un control más estricto para asegurar que los recursos fueran utilizados de manera más eficiente y alineados con los intereses nacionales. Desde el anuncio de la reorganización, decenas de altos funcionarios de la agencia han sido puestos en baja laboral, y el acceso a la sede principal de USAID en Washington fue restringido.