Del 1 al 6 de febrero, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, llevará a cabo un recorrido diplomático por Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, con el objetivo de reforzar la política exterior “America First” impulsada por el presidente Donald Trump. Este viaje se centra en una serie de temas clave para la región, como la lucha contra la migración ilegal, el combate a las organizaciones criminales transnacionales y los narcotraficantes, la creciente influencia de China en la región y la promoción de asociaciones económicas para fomentar la prosperidad hemisférica.

Uno de los puntos más relevantes de esta visita es la intensificación de la colaboración regional para frenar la migración ilegal hacia Estados Unidos, un tema que sigue siendo prioritario para la administración Trump. Además, Rubio se enfocará en reforzar los esfuerzos conjuntos para combatir las redes de crimen organizado y narcotráfico que operan a lo largo de Centroamérica. Sin embargo, quizás uno de los aspectos más críticos de este viaje será el abordaje de la creciente influencia de China en la región.

Recordemos que la disputa en torno al Canal de Panamá y su relevancia geopolítica podría adquirir un nuevo giro con las políticas impulsadas por Estados Unidos. Si bien el canal sigue siendo un activo vital para el comercio internacional, las tensiones con Panamá y el estrechamiento de relaciones con China podrían intensificarse. Durante años, China ha aumentado su presencia en la región mediante inversiones estratégicas, lo que ha sido motivo de preocupación para Estados Unidos, que considera a Panamá un aliado clave en su esfera de influencia.

El Canal de Panamá, debido a su ubicación estratégica, no solo es un punto de tránsito comercial crucial, sino también un importante activo geopolítico. En el contexto actual, si Panamá profundiza su cooperación con China, podría generar fricciones con Washington, quien busca contrarrestar la expansión de la influencia china en América Latina. De continuar este acercamiento, las relaciones entre Panamá y Estados Unidos podrían verse afectadas, y es posible que Washington tome medidas diplomáticas o económicas para contrarrestar este cambio en su vecindad hemisférica.

En el caso con El Salvador ha sido otro de los países de Centroamérica donde China ha logrado penetrar fuertemente, especialmente desde que el gobierno de Salvador Sánchez Cerén, del partido FMLN, decidió establecer relaciones diplomáticas con Pekín en 2018, rompiendo con Taiwán. Ahora, con la llegada del actual gobierno del presidente Nayib Bukele, China ha comenzado a ejecutar varios proyectos de infraestructura en el país, como el financiamiento de la construcción de la Biblioteca Nacional, nuevas carreteras, puentes y, posiblemente, la creación de zonas económicas especiales que atraerían inversiones al país.

Uno de los proyectos más emblemáticos es la inversión china en el Puerto de La Unión, que podría tener implicaciones de largo alcance en el comercio regional. Además, China ha mostrado interés en desarrollar más proyectos relacionados con la infraestructura crítica en El Salvador, incluyendo la posible construcción de plantas energéticas y la ampliación de la conectividad a través de la iniciativa de la «Franja y la Ruta», que busca establecer una red global de infraestructuras estratégicas.

El acercamiento de El Salvador a China podría tener repercusiones directas en sus relaciones con Estados Unidos. Tradicionalmente, Estados Unidos ha sido el principal socio comercial y estratégico de El Salvador, y cualquier cambio hacia una mayor dependencia de China podría generar tensiones. La administración de Trump ha dejado claro que su política exterior se basa en la idea de limitar la expansión de la influencia china en América Latina, por lo que cualquier paso hacia una mayor colaboración con Pekín podría poner en riesgo la cooperación económica y de seguridad entre El Salvador y Estados Unidos.

La visita del ahora secretario de Estado de los Estados Unidos, marcará un rumbo importante con respecto a las relaciones diplomáticas con los países centroamericanos y República Dominicana, acordando los temas importantes respecto a la migración ilegal y de qué forma podrían disminuirse las relaciones el con el gigante China, de tal forma que ningún país se vea afectado en las relaciones diplomáticas internacionales.

Recordemos que en el 2024, en el mes de febrero el entonces senador Marco Rubio, le pidió al presidente Bukele disminuir sus relaciones con China.

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