Una multitudinaria protesta en la capital de Sinaloa, Culiacán, se convirtió en un enfrentamiento violento en la sede del gobierno estatal el jueves, cuando un grupo de manifestantes irrumpió en el palacio de gobierno tras marchar en protesta por el asesinato de dos niños en un tiroteo. Los manifestantes exigían justicia por la muerte de los menores, Alexander de 9 años y Gael de 12, quienes perdieron la vida el pasado domingo durante uno de los enfrentamientos entre facciones del Cártel de Sinaloa, que ha desbordado la violencia en la región.

Durante la protesta, los manifestantes, vestidos de blanco y gritando consignas como «¡Con los niños no!» y «Ya no queremos más luto en Sinaloa», rompieron una puerta de cristal y causaron daños en las oficinas del palacio, mientras proferían gritos de «¡Cobarde!» hacia el gobernador Rubén Rocha, quien no estaba presente en ese momento.

Los niños asesinados, junto con su padre, Antonio Sarmiento, quedaron atrapados en un tiroteo que refleja la violencia recurrente en Culiacán, donde en los últimos meses se han registrado más de 750 homicidios y casi 900 desaparecidos, resultado de la lucha entre facciones del Cártel de Sinaloa. La protesta, que comenzó en la escuela a la que asistían los menores, culminó en la sede gubernamental con un claro mensaje: la población está cansada de vivir con miedo y clama por la paz.

«Ya no queremos más luto en Sinaloa. Estamos cansados, ya no queremos vivir con miedo, queremos paz», dijo Víctor Manuel Aispuro, director de la escuela donde estudiaban los niños. Aispuro también expresó el dolor y la angustia de los padres, maestros y la comunidad ante la creciente violencia que azota la región.

En un hecho paralelo, temprano en la mañana de ese jueves, se registró una explosión en el estacionamiento de un supermercado en Culiacán, cerca de un memorial dedicado a Édgar Guzmán López, hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán, quien fue asesinado en 2008. La explosión dañó el monumento y dejó un vehículo baleado, lo que subraya la continua violencia relacionada con los cárteles de la droga en la zona.

Ante la indignación pública, el vocero del gobierno estatal, Feliciano Castro, informó que el gobierno federal ha designado un equipo especial para investigar el asesinato de los niños, y aseguró que se está trabajando en medidas para frenar la violencia en Sinaloa.

El conflicto en Sinaloa se ha intensificado desde la captura del cofundador del Cártel de Sinaloa, Ismael «El Mayo» Zambada, el pasado 25 de julio de 2024, y la consiguiente lucha interna con los hijos de El Chapo Guzmán. Este enfrentamiento ha dejado una estela de violencia en la ciudad de Culiacán, donde varios negocios han cerrado debido a la inseguridad.

En respuesta a la creciente preocupación por la violencia, el secretario de Seguridad Pública federal, Omar García Harfuch, mencionó recientemente que ha habido una reducción en los homicidios en el estado, aunque advirtió que aún queda trabajo por hacer para garantizar la seguridad de los ciudadanos. A pesar de estos esfuerzos, la violencia continúa desbordándose, afectando la vida diaria de miles de personas en Sinaloa.

México vive una crisis de violencia relacionada con el narcotráfico, con más de 450,000 muertes violentas y decenas de miles de desapariciones desde 2006, según cifras oficiales. La violencia en Sinaloa es solo una manifestación de la guerra entre cárteles que ha desbordado las instituciones y dejado a la población en una situación de vulnerabilidad constante.

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