Según las proyecciones del analista en migración y política exterior, Napoleón Campos, hasta 500,000 salvadoreños con estatus irregular en Estados Unidos podrían enfrentar la deportación durante los primeros dos años de la administración del presidente Donald Trump. Este cálculo se basa en las políticas migratorias del mandatario estadounidense, quien ha reiterado su compromiso de aplicar medidas severas contra la inmigración ilegal.
Durante una entrevista en Telecorporación Salvadoreña, Campos aseguró que, de lograr montar una logística adecuada, el gobierno de Trump podría deportar de manera directa hasta medio millón de salvadoreños a lo largo de los primeros dos años de su mandato. «Si él logra montar una logística razonable, él estaría en capacidad de devolverle a El Salvador de manera directa aproximadamente a un medio millón de compatriotas», afirmó el experto.
El analista también señaló que la deportación masiva tendría un impacto económico significativo en El Salvador, especialmente en las remesas, que son una fuente clave de ingresos para muchas familias salvadoreñas. Campos proyectó que las remesas desde Estados Unidos podrían caer entre $1,500 millones y $2,000 millones anuales, tomando como base el promedio mensual de $300 por hogar, según datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos.
Este impacto podría comenzar a sentirse plenamente hacia el año 2027, dependiendo del número de deportaciones ejecutadas anualmente por la administración de Trump.
A pesar de estas proyecciones, Campos advirtió que aún existe incertidumbre sobre la magnitud de las redadas de indocumentados y el futuro de los salvadoreños amparados bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS). Si bien los salvadoreños bajo este estatus continúan en el proceso de reinscripción, el analista sugirió que el nuevo gobierno de Trump podría intentar cancelar la extensión del TPS.
En respuesta, la viceministra de Diáspora y Movilidad Humana de El Salvador, Cindy Portal, aseguró la semana pasada que los salvadoreños con TPS «no serían elegibles» para las deportaciones masivas que Trump prometió durante su campaña electoral.
Campos también mencionó que la decisión de Trump de realizar redadas en lugares considerados «santuario», como iglesias y escuelas, forma parte de su estrategia para cumplir con las promesas realizadas durante su campaña presidencial. Según el analista, esta medida responde al compromiso de Trump con su electorado, especialmente a medida que se acercan las elecciones de noviembre de 2026, donde se elegirá la Cámara de Representantes y un tercio del Senado en Estados Unidos.
El Departamento de Seguridad Interior (DHS) de Estados Unidos emitió un comunicado recientemente en el que anunció que las redadas incluirán la detención de migrantes en lugares como escuelas y colegios. En el mismo comunicado, se aseguró que el presidente Trump «no atará las manos a nuestras valientes fuerzas del orden», reforzando su postura de aplicar políticas de inmigración más estrictas.
Expectativas para El Salvador
El gobierno de El Salvador, a través de sus autoridades, continúa monitoreando los desarrollos de las políticas migratorias estadounidenses y sus posibles repercusiones para el país. Mientras tanto, expertos como Campos hacen un llamado a la cautela y a la preparación para enfrentar cualquier impacto económico y social derivado de la posible deportación masiva de salvadoreños.