Venezuela se encuentra en un estado de alta tensión a solo 48 horas de la investidura de Nicolás Maduro como presidente para el periodo 2025-2031, una ceremonia que ha sido profundamente cuestionada tanto a nivel nacional como internacional. Las protestas opositoras, lideradas por María Corina Machado, se intensifican a medida que se acerca el día de la juramentación, mientras que el chavismo organiza su propia manifestación paralela para defender lo que consideran una “victoria ejemplar” de Maduro en las controvertidas elecciones del 28 de julio.
Las calles de Caracas están repletas de policías y militares armados y encapuchados, lo que refleja un ambiente de vigilancia extrema en la capital. La oposición acusa a Maduro de fraude electoral y, por ello, han convocado a movilizaciones para el jueves, un día antes de la investidura, en apoyo al presidente electo Edmundo González Urrutia, quien se considera el verdadero ganador de los comicios. El oficialismo, por su parte, también ha planeado su marcha para el mismo día, lo que augura posibles enfrentamientos entre ambos bandos en un contexto de creciente polarización.
Desde la semana pasada, Caracas ha sido ocupada por centenares de agentes de seguridad armados, quienes patrullan las principales avenidas del centro de la ciudad. El régimen de Maduro ha activado un “plan de defensa” para asegurar lo que él considera una victoria legítima, proclamando que su presencia en el poder es “por voluntad de Dios y del pueblo”. Maduro ha instado a sus seguidores a “salir a las calles por millones” el viernes para respaldar su investidura.
Mientras tanto, Edmundo González Urrutia sigue su gira internacional, que lo ha llevado por Argentina, Uruguay y Estados Unidos, donde se reunió con el presidente Joe Biden y otros representantes internacionales. Actualmente se encuentra en Panamá, donde continúa movilizando apoyo para su causa. González Urrutia ha solicitado el reconocimiento de la Fuerza Armada como «comandante en jefe», aunque este pedido ha sido rechazado por el alto mando militar, que reafirmó su lealtad a Maduro.
María Corina Machado: En la clandestinidad y lista para liderar la protesta
María Corina Machado, quien ha estado en la clandestinidad tras recibir amenazas de encarcelamiento, ha prometido liderar la manifestación del jueves en Caracas. En sus últimas declaraciones, la líder opositora declaró: «Yo no me perdería por nada del mundo ese día histórico», refiriéndose a la marcha que movilizará a la oposición para rechazar la investidura de Maduro.
Machado se ha mantenido fuera del radar público desde su última aparición en agosto de 2024, pero ha dejado claro su compromiso con la causa. En respuesta a la creciente presión y represión, las fuerzas de seguridad han estado reforzando la vigilancia y los controles en la ciudad, previendo posibles disturbios el día de las protestas.
Las protestas que estallaron tras la reelección de Maduro el 28 de julio dejaron un saldo de 28 muertos, más de 200 heridos y 2.400 detenidos, incluidos varios líderes opositores. Tres de los detenidos perdieron la vida en prisión debido a las condiciones inhumanas de reclusión. En este contexto, el régimen ha lanzado una nueva campaña de intimidación, a través de secuestros y desapariciones forzadas. González Urrutia denunció la detención de su yerno, Rafael Tudares, quien fue secuestrado en Caracas por hombres encapuchados el martes.
En medio de esta crisis, la comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos. Estados Unidos ha reconocido a González Urrutia como “presidente electo”, y hay expectativas de que bajo la administración de Donald Trump puedan imponerse nuevas sanciones contra Venezuela. La Unión Europea y varios países latinoamericanos también han desconocido la reelección de Maduro, mientras que algunos analistas sugieren que la situación en Venezuela podría derivar en un mayor aislamiento internacional para el régimen.
El futuro de Venezuela sigue dependiendo en gran medida de la postura de la Fuerza Armada, cuyo apoyo ha sido fundamental para el mantenimiento en el poder de Nicolás Maduro. El régimen ha reforzado la dependencia de los militares y la policía, mientras que la oposición sigue buscando formas de presionar a los militares para que se alineen con González Urrutia. Según Phillip Gunson, analista del Crisis Group, el gobierno de Maduro ha tenido que depender cada vez más de las fuerzas militares para sostenerse en el poder, lo que pone de manifiesto su creciente fragilidad.
A pesar de la represión y los obstáculos, Edmundo González Urrutia planea regresar a Caracas para asumir la presidencia, acompañado de expresidentes latinoamericanos que lo respaldan. En este contexto, Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento y leal a Maduro, advirtió que “esa aeronave, esos tripulantes y los pasajeros deben ser tratados como una fuerza extranjera que intenta invadir”.
El 10 de enero, cuando Nicolás Maduro tiene previsto asumir la presidencia, Venezuela se encuentra en el ojo del huracán. Con una oposición que sigue ganando apoyo internacional y un régimen que enfrenta una creciente presión interna y externa, el día promete ser decisivo para el futuro político del país. Las calles de Caracas y los ojos del mundo entero estarán puestos sobre la jornada. La lucha por la democracia en Venezuela continúa, y la comunidad internacional sigue vigilante ante los eventos que se desarrollarán en los próximos días.