Unos 200 hondureños emprendieron este martes una nueva caravana migrante desde San Pedro Sula, en el noroeste de Honduras, con destino a Estados Unidos, a pesar de las amenazas de deportación masiva del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Los migrantes, cargados con mochilas y algunos alimentos, comenzaron su recorrido a pie hacia la frontera con Guatemala, un trayecto de aproximadamente 120 kilómetros.

Leticia Alvarado, una de las migrantes, expresó su esperanza de llegar a Estados Unidos, mencionando las dificultades económicas en su país: «Aquí oportunidades de trabajo no hay», explicó, haciendo referencia a los bajos salarios en el sector de la alimentación. Otros migrantes, como Jesús Alberto Villanueva, reconocieron el peligro del viaje, pero afirmaron que no tienen otra opción debido a la falta de empleo y la violencia generada por pandillas y el narcotráfico en Honduras.

A pesar de las amenazas de Trump de realizar una gran deportación de migrantes al asumir la presidencia el 20 de enero, los hondureños siguen buscando mejores oportunidades de vida en Estados Unidos, donde viven cerca de dos millones de compatriotas. En 2024, Honduras recibió más de $9,600 millones en remesas, que representan más del 25% del Producto Interno Bruto del país.

Las caravanas de migrantes hondureños no son nuevas. En 2018, unos 1,500 hondureños iniciaron el mismo camino, y con el tiempo se unieron personas de otros países como Guatemala, El Salvador y México. Sin embargo, muchas de estas caravanas han sido detenidas por la policía en Guatemala.

El futuro de estas caravanas y la respuesta del gobierno estadounidense siguen siendo inciertos, mientras los migrantes continúan su marcha con la esperanza de encontrar un futuro mejor.

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