El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha aprobado el envío de una delegación negociadora a Doha, Catar, para discutir un posible acuerdo de alto el fuego en Gaza. La delegación israelí, que partirá mañana, está encabezada por David Barnea, jefe del servicio de inteligencia exterior Mosad; Ronen Bar, jefe del servicio de inteligencia interior Shin Bet; y el mayor general Nitzan Alon, quien supervisa las conversaciones en nombre del Ejército.
El grupo se reunirá con mediadores de Estados Unidos, Catar y Egipto durante varios días, según informó Amos Hochstein, mediador estadounidense para el conflicto entre el Líbano e Israel, desde Beirut.
Las conversaciones se centran en un acuerdo que permitiría el intercambio de los 111 rehenes israelíes aún en Gaza por la liberación de presos palestinos en Israel. Sin embargo, las negociaciones están estancadas debido a un desacuerdo crucial sobre el fin definitivo de los combates y la retirada de las tropas israelíes del enclave.
Hamás, que no participará en estas negociaciones, reiteró su postura de no enviar una delegación a Doha. El grupo islamista ha exigido que se cumpla lo acordado previamente en las negociaciones anunciadas por Estados Unidos a finales de mayo, en lugar de emprender nuevas rondas de diálogo.
El contexto de las negociaciones se ha complicado por la reciente muerte de Ismail Haniyeh, el antiguo líder político de Hamás, en un ataque en Teherán. Aunque Israel no ha reivindicado ni desmentido la autoría del ataque, la pérdida de Haniyeh, un partidario de las negociaciones, ha cambiado la dinámica del grupo. Yahya Sinwar, el nuevo líder de Hamás en Gaza y autor intelectual de los ataques del 7 de octubre, ha adoptado una postura más beligerante, exigiendo que el Ejército israelí detenga sus operaciones en Gaza para demostrar un compromiso serio con las negociaciones.
La comunidad internacional presiona para lograr un acuerdo de alto el fuego con el objetivo de reducir las tensiones en Oriente Medio. La reciente muerte de Fuad Shukr, el ‘número dos’ de Hizbulá, en un ataque israelí en Beirut, ha aumentado los temores de un posible conflicto regional.