En la víspera del Thanksgiving, una jueza federal dio un revés al ICE y dictó que es inconstitucional que los agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas consideren las violaciones de los inmigrantes indocumentados a las Leyes de Inmigración como prueba suficiente para que se les niegue una fianza que les permita seguir su proceso de deportación en libertad o bajo otras circunstancias distintas a la reclusión en centros de detención.
La decisión de la jueza de la corte de distrito de los Estados Unidos con sede en Boston, Patti Saris, determinó un cambio radical en la forma en que se administran las audiencias de fianza en la corte de inmigración de Boston, pero por ser un juez federal, su decisión aplica en todo el país.
Saris dictaminó que pedirle a un inmigrante indocumentado elegible para una fianza que demuestre que no tiene intenciones de fuga o por qué él no representa una amenaza para la sociedad estadounidense, viola su derecho al debido proceso. Probar que el indocumentado es un delincuente, al margen de que violó las leyes de Inmigración, es una función exclusiva de los agentes o de los funcionarios federales de Inmigración, tal y como sucede en las audiencias de fianza en los tribunales penales con quienes se declaran culpables de un delito.
En suma, es obligación del gobierno probar que un individuo es culpable como dicta el proverbio: “todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario”.
Esta instrucción que impone un nuevo procedimiento judicial entrarán en vigor el próximo 13 de diciembre.
En su fallo, la jueza ordenó también que los jueces de Inmigración en Boston consideren la capacidad de pago del individuo al establecer un monto de fianza superior a mil 500 dólares.
Asimismo, ordenó a los jueces de Inmigración que consideren condiciones alternativas a la reclusión en centros de detención de ICE, como la colocación de geoposicionadores (GPS) en el procesado o la implementación de las órdenes de supervisión que exigen al procesado presentarse constantemente ante las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas para conocer su localización y garantizar que no huya.
La decisión de la jueza Patti Saris se deriva de una demanda presentada por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) con sede en Massachusetts. Esta organización presentó la demanda colectiva en junio argumentando que el gobierno tiene la obligación Constitucional de demostrar por qué una persona debe ser privada de su libertad, cualquiera que sea su proceso: penal o migratorio.
Con su demanda, la ACLU estimó que cientos de inmigrantes detenidos en Nueva Inglaterra podrían verse afectados por el fallo y, para algunos, la decisión daría lugar a nuevas audiencias de fianzas.
POR AGENCIAS