La India perdió este lunes la exención que le permitía operar en el puerto iraní de Chabahar sin estar sujeta a sanciones de Estados Unidos, tras la entrada en vigor de nuevas medidas contra Teherán. La decisión pone en riesgo más de $300 millones en inversiones indias en esta infraestructura estratégica para el acceso a Afganistán y Asia Central.
Desde 2018, la empresa estatal India Ports Global Limited (IPGL) administra la terminal portuaria. En mayo pasado firmó con Teherán un acuerdo a diez años, con $120 millones de inversión directa y una línea de crédito de $250 millones, lo que eleva el compromiso financiero total a unos $370 millones.
El portavoz del Ministerio de Exteriores indio, Randhir Jaiswal, declaró la semana pasada que su gobierno “examina las implicaciones” de la decisión estadounidense, sin adelantar si se reconsiderará la participación en el proyecto.
Washington justificó la medida como parte de su política de “máxima presión” contra Irán, al que acusa de apoyar a grupos armados y de mantener programas de misiles y drones. Desde Teherán, funcionarios calificaron la decisión como un “fracaso diplomático” de Estados Unidos, recordando que en el pasado se había facilitado el uso del puerto como un gesto de cooperación internacional.
Con la revocación de la exención, navieras, aseguradoras y contratistas que operen en Chabahar podrían quedar expuestos a sanciones secundarias de Washington.
Para Nueva Delhi, el puerto de Chabahar es fundamental en su estrategia de conectar con Afganistán y Asia Central evitando territorio paquistaní. La terminal también se integra en el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), que busca unir a India con Rusia y Europa a través de Irán.
La ubicación de Chabahar, a apenas 170 kilómetros del puerto paquistaní de Gwadar, desarrollado con apoyo de China, lo convierte además en un contrapeso directo a la expansión de Pekín en el océano Índico.