La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, denunció este viernes que la empresa estadounidense Chevron ha devuelto cargamentos de crudo a la estatal PDVSA, debido a las restricciones impuestas por la administración de Donald Trump en el marco de lo que calificó como una “guerra económica” contra el país caribeño.
Rodríguez informó que los cargamentos fueron devueltos ante la “imposibilidad de pago” por parte de Chevron, cuya licencia para operar en Venezuela vence el próximo 27 de mayo. Aunque no detalló la cantidad, aseguró que el petróleo está siendo redirigido a mercados internacionales. “PDVSA respetará los términos y obligaciones contractuales con las transnacionales. En Venezuela hay leyes, y se respetan”, subrayó la también ministra de Hidrocarburos.
El fin de la licencia fue anticipado por el expresidente Donald Trump a finales de febrero, en rechazo a lo que consideró una falta de cooperación del gobierno de Nicolás Maduro en temas migratorios, especialmente en relación con la deportación de venezolanos indocumentados desde EE. UU.
Impacto en la economía venezolana
La retirada de Chevron representa un duro golpe para la industria petrolera venezolana. Desde que recibió luz verde para retomar operaciones en 2022, bajo el gobierno de Joe Biden, Chevron había contribuido a la reactivación de la producción, que en enero de 2025 superó el millón de barriles diarios por primera vez en más de cinco años, según datos de la OPEP.
En respuesta al endurecimiento de las restricciones estadounidenses, la Asamblea Nacional venezolana, controlada por el oficialismo, aprobó el decreto de estado de emergencia económica firmado esta semana por el presidente Maduro. La medida busca dotar al Ejecutivo de herramientas para enfrentar la crisis, permitiendo desde la suspensión temporal de tributos hasta la implementación de incentivos para fortalecer la producción nacional.
El escenario plantea nuevos desafíos para la economía venezolana, que depende en gran medida de la exportación de crudo. La incertidumbre sobre el futuro de las relaciones energéticas con EE. UU. y la salida de Chevron podrían acelerar el acercamiento de Caracas a mercados alternativos como China o India, en un contexto internacional cada vez más volátil.