El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, aseguró en una reciente entrevista con Donald Trump Jr. que en algunas regiones de México «los cárteles de la droga son más poderosos que el propio Gobierno». “De hecho, es posible que el Gobierno ni siquiera esté presente allí. Ellos son el gobierno”, afirmó Rubio, en una declaración que profundiza la percepción internacional sobre la pérdida de control del Estado mexicano en zonas dominadas por el crimen organizado.
En la misma línea crítica, el presidente salvadoreño Nayib Bukele ha cuestionado públicamente la incapacidad del gobierno mexicano para controlar su propio territorio. «No puede ser que con los recursos de un país de 130 millones de habitantes no puedan resolver el tema de seguridad ni siquiera en un solo estado», expresó el 20 de marzo a través de su cuenta en X. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió brevemente pidiendo «respeto para México».
Durante una conversación con empresarios latinoamericanos en el Encuentro Empresarial de Padres e Hijos 2025, Bukele sostuvo que no hay crimen organizado que el Estado no pueda enfrentar si existe voluntad política. “El Estado siempre es más fuerte que cualquier organización criminal”, afirmó, y contrastó la situación en América Latina con regiones como Europa, China o India, donde —según él— los gobiernos mantienen el control total del territorio a pesar de tener grandes poblaciones o problemas complejos.
El mandatario salvadoreño también planteó que en países como México, Colombia o Brasil, el crimen organizado controla vastos sectores debido a que, en su opinión, “están en el gobierno”, en referencia a la posible colusión entre estructuras criminales y actores estatales. Esa afirmación fue respaldada por el empresario salvadoreño Roberto Kriete, presente en el evento.
Cooperación Bukele–Rubio en seguridad regional
Estas posturas se dieron pocas semanas después de una reunión, el 3 de febrero de 2025, entre Bukele y Rubio, donde el funcionario estadounidense calificó como “una oferta generosa” la decisión de El Salvador de recibir a criminales deportados desde Estados Unidos para ser recluidos en el Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (CECOT), parte de la estrategia salvadoreña para combatir estructuras criminales a gran escala.
Las declaraciones de Rubio y Bukele elevan el tono del debate regional sobre el control estatal frente al crimen organizado y refuerzan su alianza estratégica en temas de seguridad, al tiempo que ponen en entredicho la capacidad de algunos gobiernos latinoamericanos para hacer frente a las amenazas del narcotráfico y las pandillas.