La Unión Europea (UE) sigue intensificando sus esfuerzos para llegar a un acuerdo con la administración del presidente Donald Trump y evitar una guerra comercial total. Ante la reciente escalada de aranceles impuestos por Estados Unidos, la UE ha advertido que está preparada con un «reforzado arsenal» de medidas defensivas, que incluye un conjunto de productos y empresas tecnológicas estadounidenses como posibles objetivos de nuevos gravámenes.

Hasta ahora, la administración de Trump ha aplicado una serie de aranceles en tres fases. En marzo, se anunciaron aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio, seguidos por medidas similares sobre los automóviles de fabricación extranjera, que entraron en vigor la semana pasada. El paso más reciente y quizás el más audaz fue la imposición de aranceles del 20% sobre productos de la UE, que comenzarán a aplicarse este miércoles.

Frente a esta situación, la UE ha adoptado una política de «pensar primero y luego actuar», tratando de evitar represalias inmediatas. En lugar de responder directamente a los aranceles al acero y al aluminio, el bloque europeo ha preparado una lista de productos estadounidenses, como soja y motocicletas, que podrían ser objeto de nuevas tarifas. Esta medida debe ser respaldada por los países miembros del bloque el jueves, y se prevé que la mayoría de las tarifas se implementen en mayo, mientras que otras se aplicarían en diciembre. Además, la UE reimplementará los aranceles suspendidos del primer gobierno de Trump a mediados de abril.

La UE también está preparando su respuesta a los aranceles sobre los automóviles y la tarifa universal del 20%, con una postura que podría ser anunciada la próxima semana. Aunque la Unión Europea ha manifestado su disposición para una solución negociada, algunos países como Francia, Alemania y Austria han sugerido que, si las conversaciones no avanzan, se podría recurrir a medidas más agresivas, como la aplicación del Instrumento Anti Coerción, que limita el acceso al mercado único europeo para empresas de países que no lleguen a acuerdos satisfactorios.

La UE sigue insistiendo en que su objetivo es alcanzar una solución negociada. Maros Sefcovic, comisario europeo de Comercio, expresó el lunes que espera un compromiso mutuamente aceptable y reiteró el interés de la UE en sentarse a la mesa de negociaciones. No obstante, algunos expertos señalan que el desafío podría ser encontrar los interlocutores adecuados, ya que Peter Navarro, asesor comercial influyente de Trump, ha quedado fuera de las discusiones.

En Washington, las autoridades estadounidenses han señalado que las barreras no arancelarias de la UE, como las normas de seguridad, los estándares ambientales y los impuestos de valor agregado, son obstáculos para el comercio. «Europa tiene un IVA del 19%, no podemos competir contra eso», argumentó Navarro. También se ha criticado la regulación de las plataformas digitales, que, según Washington, perjudica a las empresas tecnológicas estadounidenses.

Mientras tanto, las tensiones comerciales entre las dos potencias económicas continúan, y la UE se prepara para tomar medidas si no se alcanza un acuerdo justo que beneficie a ambas partes.

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