A pesar de su hospitalización en estado crítico debido a una compleja infección pulmonar, el papa Francisco sigue siendo el líder de la Iglesia Católica. Con 87 años y después de una crisis respiratoria que requirió altos flujos de oxígeno, la incertidumbre sobre su capacidad para ejercer su cargo a largo plazo ha reavivado el debate sobre la gobernanza en la Santa Sede en situaciones de incapacidad papal.
El papa Francisco, quien está hospitalizado desde el 14 de febrero, sigue siendo el «Vicario de Cristo» y el líder espiritual de los 1.300 millones de católicos del mundo, a pesar de que la iglesia no tiene disposiciones específicas para lo que ocurre si un papa se vuelve totalmente incapaz de gobernar.
La delegación de funciones en la Curia
El papa Francisco ha delegado el día a día del Vaticano y la Iglesia a una serie de altos funcionarios. El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, lidera esta administración, y aunque estaba en una misión en Burkina Faso cuando Francisco ingresó al hospital, ya ha regresado al Vaticano para continuar con las responsabilidades. Mientras tanto, otras funciones del Vaticano, como las celebraciones del Año Santo 2025, siguen adelante sin interrupciones, como lo demuestra la Misa Jubilar celebrada por el arzobispo Rino Fisichella el domingo pasado, en lugar del papa.
La falta de normas claras sobre un papa incapaz
Aunque el derecho canónico prevé disposiciones para la incapacidad de un obispo, no existen reglas claras para un papa que no pueda ejercer su rol. El canon 335 menciona que, en caso de «sede vacante» o «totalmente impedida», nada debe alterar la gobernanza de la Iglesia, pero no especifica lo que constituye una «total incapacidad». Esto ha dejado un vacío legislativo que teólogos y canonistas han intentado llenar con propuestas de nuevas normas que definirían cómo actuar si un papa no pudiera gobernar temporal o permanentemente.
El papel del Colegio de Cardenales
De acuerdo con las normas propuestas, si un papa estuviera incapaz, la gobernanza de la Iglesia pasaría al Colegio de Cardenales, que designaría una comisión para dirigir la Iglesia, con controles médicos periódicos. Sin embargo, este escenario aún no se ha concretado, ya que el papa Francisco sigue desempeñando sus funciones.
¿Renunciaría Francisco si llegara a ser incapaz?
En 2022, el papa Francisco reveló que, tras ser elegido, escribió una carta de renuncia en caso de quedar incapaz de ejercer sus funciones. La carta fue entregada al entonces secretario de Estado cardenal Tarcisio Bertone, quien asumió que fue transmitida a Pietro Parolin. Sin embargo, se desconoce el contenido de dicha carta y si sería canónicamente válida en caso de que el papa realmente tuviera que renunciar.
¿Qué pasa cuando un papa muere o renuncia?
El proceso para transferir el poder papal solo entra en juego cuando un papa muere o renuncia. En ese caso, se inicia el período de «sede vacante» y el camarlengo, responsable de la administración del Vaticano, lidera la transición, organizando el cónclave para elegir a un nuevo papa. Sin embargo, si el papa está simplemente enfermo o incapacitado, el camarlengo y otros funcionarios no asumen ningún rol adicional.
En conclusión, aunque la salud del papa Francisco ha suscitado interrogantes sobre el futuro del liderazgo en la Iglesia Católica, su rol sigue intacto, y las estructuras del Vaticano continúan funcionando con normalidad gracias a la delegación de responsabilidades a otros altos funcionarios. Sin embargo, el vacío legislativo que existe sobre la incapacidad papal sigue siendo un tema de debate y podría llevar a cambios en las normativas futuras.