En un cambio significativo en la forma en que se gestiona la relación entre la prensa y la Casa Blanca, la portavoz Karoline Leavitt anunció este martes que el gobierno de Estados Unidos modificará las reglas de acceso para los periodistas, rompiendo con el sistema que ha estado en vigor durante años y que era gestionado por la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA).

Hasta ahora, el acceso a los eventos más exclusivos y las ruedas de prensa del presidente, como las que se realizan en el Despacho Oval o en el avión presidencial, estaba restringido a un grupo selecto de medios, conocido como el “pool”, que era determinado por la WHCA. Sin embargo, en una decisión que ha generado controversia, la Casa Blanca tomará ahora el control sobre la selección de estos medios, permitiendo la inclusión de nuevos actores en el grupo de acceso privilegiado.

“Devolvemos el poder al pueblo”, destacó Leavitt, quien sostuvo que muchos periodistas merecen acceder a estas instancias y que los medios tradicionales que forman parte del pool desde hace décadas seguirán teniendo participación. A pesar de esta afirmación, la medida ha sido vista con preocupación por algunos sectores, que consideran que podría limitar la independencia de la prensa.

Eugene Daniels, presidenta de la WHCA, expresó su desacuerdo, calificando la decisión como un ataque a la libertad de prensa. “En un país libre, los líderes no deben poder elegir su propio cuerpo de prensa”, señaló Daniels en un comunicado. La WHCA, fundada en 1914, ha sido responsable de la gestión del acceso de los periodistas al presidente y ha defendido durante años la imparcialidad y la independencia del proceso.

Este anuncio llega en un contexto de creciente tensiones entre la Casa Blanca y los medios, especialmente en el marco de un conflicto reciente con la agencia de noticias Associated Press (AP), que ha sido excluida del círculo de prensa restringido por no aceptar referirse al “Golfo de México” con el nombre impuesto por un decreto de la administración Trump, el “Golfo de América”.

La medida también se produce después de que un juez federal desestimara una apelación presentada por AP para restaurar su acceso total a la Casa Blanca, sin pronunciarse sobre el fondo de la cuestión.

Karoline Leavitt también mencionó que nuevos medios de comunicación, seleccionados por la Casa Blanca, tendrán la oportunidad de hacer preguntas en las ruedas de prensa presidenciales, abriendo la puerta a un mayor acceso para ciertos grupos de prensa, incluidos medios populares entre los seguidores de Donald Trump.

Esta reestructuración del acceso a la Casa Blanca y la decisión de alterar un sistema histórico de selección de medios ya ha generado un intenso debate sobre la transparencia y la libertad de la prensa en los Estados Unidos, dejando a muchos en espera de las consecuencias que podría acarrear este cambio para la relación entre el gobierno y los medios tradicionales.

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