El Papa Francisco, quien se encuentra hospitalizado en Roma debido a una neumonía bilateral, pasó una «buena noche» y «descansa», según informó el Vaticano en un comunicado este lunes. La noticia llega en el undécimo día de su hospitalización, la más larga desde su elección como pontífice en 2013, generando creciente preocupación por su salud a los 88 años.
A pesar de su estado crítico, el comunicado indicó que el Papa ha mostrado mejoras en algunos aspectos, como en la anemia, que ha mejorado gracias a las transfusiones de sangre realizadas el sábado. Asimismo, su trombocitopenia, una disminución de plaquetas en la sangre, se mantiene estable. Sin embargo, algunos análisis de sangre mostraron «insuficiencia renal inicial leve», que actualmente está bajo control, según informaron los médicos.
El pasado sábado, su estado de salud empeoró temporalmente con un «ataque asmático prolongado» que requirió oxígeno de alto flujo y problemas hematológicos que obligaron a realizarle una transfusión de sangre. Los médicos también expresaron que la insuficiencia renal podría estar relacionada con la presencia de sepsis en fase inicial, derivada de la infección pulmonar.
El virólogo Fabrizio Pregliasco, aunque no forma parte del equipo médico del Papa, alertó sobre los riesgos de la septicemia y destacó que las próximas horas y días serán decisivos para el estado de Francisco.
Mientras tanto, en Roma y alrededor del mundo, se han organizado numerosas oraciones por la salud del pontífice, especialmente en América Latina, donde líderes religiosos y políticos han expresado su solidaridad y sus plegarias. En redes sociales, cientos de personas han compartido mensajes de apoyo, recordando momentos emblemáticos del Papa, como su aparición en la Plaza de San Pedro durante la pandemia de COVID-19.
La hospitalización del Papa Francisco, la cuarta desde 2021, ha generado especulaciones sobre su capacidad para continuar con sus deberes y ha reavivado los rumores sobre una posible renuncia, aunque el derecho canónico no prevé una disposición en caso de que un pontífice pierda la lucidez. Sin embargo, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, desestimó tales especulaciones como «innecesarias».