El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, fue designado este lunes como nuevo jefe interino de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), tras una serie de críticas a la gestión de la agencia. Rubio, quien destacó la importancia de la ayuda exterior, señaló que la USAID ha experimentado un nivel de «insubordinación» que ha dificultado la implementación de una revisión seria de sus operaciones. En su intervención, Rubio destacó que la agencia había actuado como una «entidad no gubernamental independiente», tomando decisiones que a menudo contradecían la estrategia nacional de Estados Unidos.
Esta designación se produce poco después de que el magnate Elon Musk calificara a la USAID de «organización criminal» y de que el presidente Donald Trump la criticara como dirigida por «lunáticos radicales». Como parte de las medidas para abordar estas críticas, Trump congeló las ayudas de Washington a otros países por tres meses, mientras se revisa si estos fondos están alineados con los intereses nacionales. La USAID, que tiene un presupuesto de 42.800 millones de dólares para asistencia humanitaria y al desarrollo global, continuará con sus operaciones, pero bajo una supervisión más estricta y alineada con las nuevas prioridades del gobierno estadounidense.