Donald Trump asume oficialmente este lunes su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, con una serie de promesas radicales que marcarán su administración desde el primer día. Con su toma de posesión, el magnate busca cumplir algunas de sus principales promesas de campaña, entre ellas la deportación masiva de migrantes, la exclusión de militares transgénero y la imposición de aranceles aduaneros drásticos, decisiones que pondrán a prueba tanto su capacidad ejecutiva como las limitaciones institucionales del poder presidencial.
Inmigración: una «invasión» que será detenida por decreto
Trump, quien ha calificado la inmigración ilegal como una «invasión» que amenaza la seguridad y la identidad del país, iniciará su mandato con un enfoque agresivo en la política migratoria. Entre sus promesas, destaca la deportación masiva de los aproximadamente 11 millones de migrantes indocumentados que se calcula viven en Estados Unidos, además de eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento, que considera «ridículo».
El presidente electo también planea declarar un estado de emergencia en la frontera con México, designar a los carteles de narcotráfico como organizaciones terroristas extranjeras y restablecer el polémico programa «Quédate en México», que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras se resuelven sus casos. Organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes temen que Trump también elimine programas humanitarios como el que permite la entrada temporal de migrantes de Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Sin embargo, sus acciones en el ámbito migratorio podrían enfrentar obstáculos legales, ya que el derecho de suelo y ciertas normativas están protegidos por la Constitución.
Aranceles aduaneros y tensiones comerciales
En el ámbito económico, Trump promete imponer un arancel del 25% sobre todos los productos que ingresen desde México y Canadá, argumentando que estos países han permitido el paso de inmigrantes ilegales y el tráfico de drogas. La medida afectaría directamente al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), lo que podría desencadenar negociaciones o incluso disputas comerciales.
Además, el presidente planea aumentar los aranceles a China, un país con el que ya había impuesto tarifas durante su primer mandato. Trump busca presionar a sus aliados y competidores económicos bajo la premisa de proteger los intereses estadounidenses.
Indultos y justicia para los partidarios del Capitolio
Uno de los temas que más divide a la nación es la posible decisión de Trump de indultar a los más de 1,200 partidarios que fueron condenados por su participación en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Aunque Trump no ha especificado los detalles, ha asegurado que sus seguidores estarán «muy felices» con la decisión que tomará al respecto.
Diplomacia y política exterior: promesas de mano dura
Trump también ha mantenido su postura de apoyo inquebrantable a Israel en el conflicto con Hamás y ha prometido poner fin a la guerra en Ucrania, aunque su propuesta de un alto al fuego en 24 horas ahora se ha extendido a un plazo de seis meses. En su discurso, se mostró firme en su determinación de priorizar los intereses estadounidenses, sin especificar cómo abordará el complicado panorama geopolítico.
Cambio climático y la industria del petróleo
En su enfoque ambiental, Trump se presenta como un firme defensor de la industria de los combustibles fósiles. El presidente electo promete impulsar la extracción de petróleo y gas, desafiando las políticas climáticas de la administración Biden. También ha expresado su intención de revertir la prohibición de Biden sobre la explotación de hidrocarburos en áreas marinas, aunque se enfrenta a posibles obstáculos en el Congreso.
Ofensiva contra los derechos transgénero y educación
En el ámbito social, Trump ha reiterado su intención de «detener la locura transgénero», excluyendo a personas transgénero del ejército y de las escuelas públicas. También ha prometido eliminar la financiación federal de las instituciones educativas que adopten la «teoría crítica de la raza», un concepto ampliamente criticado por sectores conservadores que denuncian el enfoque de sensibilización sobre el racismo en las aulas.
Un mandato polarizador
La investidura de Trump marca un punto de inflexión en la política de Estados Unidos, con decisiones que podrían profundizar aún más la polarización interna y generar fuertes reacciones tanto dentro como fuera del país. Si bien su margen de maniobra está limitado por la Constitución y la posible oposición judicial y diplomática, su influencia y control sobre el Partido Republicano seguirán siendo determinantes en los próximos años.
Con un Congreso y una Corte Suprema que favorecen sus políticas, Trump tiene la oportunidad de implementar sus propuestas de manera rápida y decisiva, aunque no sin enfrentar resistencias tanto legales como internacionales.