La crisis interna en el partido ARENA no da tregua. Lo que empezó como una solicitud de la diputada Marcela Villatoro para auditar las finanzas del Consejo Ejecutivo Nacional (Coena) actual, terminó en un intercambio público de acusaciones entre ella y el presidente del partido, Carlos García Saade.

Mientras Villatoro exige transparencia, García Saade arremete señalando que la diputada «no asiste» a las reuniones de Coena y cuestionando la administración de los fondos públicos bajo su responsabilidad como funcionaria. “Tiene pendiente presentar la planilla de sus asesores, detallando quiénes son, qué funciones desempeñan y qué resultados entregan”, declaró García Saade desde la cuenta oficial del partido.


Por su parte, Villatoro no se quedó callada. Alegó que no es convocada a las reuniones de Coena, salvo en contadas ocasiones, y lanzó una advertencia: el partido podría estar preparando una estrategia para expulsarla. «Me parece una gran falta de respeto que exigir fiscalización del partido sea motivo de enojo», afirmó, y añadió que García Saade debería concentrarse en temas relevantes para el país, como la minería.


¿Transparencia o viejas prácticas?

La diputada fue más allá al cuestionar directamente los gastos del Coena actual. Preguntó por viajes, viáticos, salarios de asesores, publicidad, y el uso de recursos del partido, sugiriendo que estas prácticas son las mismas que han erosionado la confianza en ARENA. “En mis manos no ha pasado UN DÓLAR del partido siendo funcionaria electa”, aseguró Villatoro, reiterando que sus planillas ya fueron publicadas y difundidas en medios de comunicación.

La controversia resonó también entre otros miembros del partido. Alejandro Nóchez, concejal y exalcalde, criticó las supuestas amenazas de expulsión a funcionarios públicos que cuestionan la gestión actual del partido. “No sé si después de esto también seré uno que buscarán iniciarle un proceso interno”, escribió en X, en alusión al ambiente de intolerancia hacia las críticas dentro de ARENA.


El 7 de enero, García Saade anunció una auditoría a los fondos recibidos por ARENA en los últimos 20 años, afirmando que han identificado «deudas ficticias» heredadas de anteriores administraciones. Sin embargo, Villatoro y otros críticos insisten en que no basta con mirar al pasado: es imprescindible fiscalizar al Coena actual para garantizar que los mismos errores no se repitan.

Esta disputa pone de manifiesto las fracturas internas en ARENA, un partido que enfrenta una profunda crisis de identidad y legitimidad. Mientras algunos claman por transparencia y renovación, otros ven las críticas como ataques desleales que perpetúan el debilitamiento del partido.

La pregunta queda en el aire: ¿puede ARENA encontrar el camino hacia la unidad y la recuperación, o esta polémica es un síntoma más de un partido en declive?

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