El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, dejó claras sus intenciones para su segundo mandato en un acto con jóvenes conservadores en Phoenix, Arizona, este domingo. En un discurso contundente, Trump prometió «detener la locura transgénero», incluyendo la firma de órdenes ejecutivas para prohibir la mutilación sexual infantil, sacar a los transgénero del ejército y de las escuelas primarias y secundarias. Además, adelantó que será política oficial del gobierno de EE. UU. que solo haya dos géneros: masculino y femenino. También reiteró su intención de mantener a los hombres fuera de los deportes femeninos.
En cuanto a su política exterior, Trump volvió a hacer amenazas contra los cárteles mexicanos, anunciando que los designará como organizaciones terroristas extranjeras, un plan que ya había planteado durante su primer mandato, pero que fue archivado a solicitud del presidente de México de entonces, Andrés Manuel López Obrador. La actual presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó la propuesta, defendiendo la soberanía de su país y reiterando la cooperación en seguridad sin injerencias externas.
Trump también renovó sus amenazas contra Panamá, indicando que «exigirá» la devolución del Canal de Panamá si no se ajustan las tarifas que se cobran por su uso, acusando a los panameños de no tratar a EE. UU. con justicia. Este tema fue un punto conflictivo durante su primer mandato, y Trump subrayó que, si Panamá no puede garantizar una operación «segura, eficiente y confiable» del canal, «demandará que se lo devuelvan».
En su discurso, Trump no solo se centró en estos temas, sino que también adelantó promesas para su segundo mandato, como la fin de la guerra en Ucrania y el caos en Oriente Medio, además de evitar una Tercera Guerra Mundial. «La edad de oro de Estados Unidos ha llegado», afirmó, sin detallar cómo logrará resolver conflictos internacionales complejos, como el de Ucrania, que lleva casi tres años desde la invasión rusa.
Este discurso refuerza el enfoque combativo y las promesas polarizantes que caracterizan su retorno a la Casa Blanca, apuntando a temas de seguridad interna, políticas de género y relaciones exteriores, mientras se acerca su toma de posesión el 20 de enero.