Los equipos de rescate en Vanuatu continuaban su labor de búsqueda de supervivientes este miércoles tras el potente sismo que azotó la pequeña isla del Pacífico, causando al menos nueve muertes confirmadas, según el último balance de la oficina nacional de manejo de desastres. El número de fallecidos había sido inicialmente estimado en 14, pero fue revisado a la baja en el último informe.
El sismo provocó el colapso de varios edificios, incluidos aquellos que albergan las embajadas de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda. Mientras las autoridades se afanaban en la búsqueda de sobrevivientes, se reportaron tres personas atrapadas bajo los escombros de una tienda de tres plantas que colapsó en Port Vila, la capital del país. Según el testimonio de un residente local, Michael Thompson, rescatistas lograron escuchar gritos provenientes de debajo de los escombros, lo que impulsó una operación contrarreloj con excavadoras, martillos neumáticos y sierras de hormigón.
«Sacamos a tres personas que estaban atrapadas, pero lamentablemente, uno de ellos no lo logró,» explicó Thompson. A pesar de los esfuerzos intensivos, las autoridades no descartan que el número de víctimas siga aumentando a medida que continúan las labores de rescate.
El terremoto también provocó daños significativos a infraestructuras, y las autoridades han declarado siete días de estado de emergencia, que incluye un toque de queda desde las 18:00 hasta las 06:00 horas. Las imágenes de AFPTV mostraron la devastación, incluyendo el derrumbe de edificios oficiales.
Las réplicas del terremoto continúan golpeando el archipiélago, que con sus 320.000 habitantes es particularmente vulnerable debido a su ubicación en el Anillo de Fuego del Pacífico, una zona conocida por su intensa actividad sísmica y volcánica.
De acuerdo con la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, unas 116.000 personas podrían verse afectadas por los peores impactos del terremoto.