Una ola de calor excepcional está azotando el este de Estados Unidos, afectando a aproximadamente 90 millones de personas bajo alertas de calor, según informó el Servicio Nacional de Meteorología (NWS). Las temperaturas récord han sido registradas en New England y partes del Medio Oeste, con pronósticos que indican poco alivio durante el fin de semana.
El índice de calor, que combina temperatura y humedad, alcanzó entre 38 y 43 grados Celsius en algunas áreas el jueves pasado, haciendo hincapié en la severidad de la situación. El NWS clasificó el riesgo por calor en nivel 4 —etiquetado como «extremo»— en el Valle de Ohio para los próximos días.
Aunque partes del noreste experimentarán un ligero respiro con máximas de 21 a 27 grados Celsius el viernes, se espera un aumento significativo en las temperaturas en la región del Atlántico Medio, alcanzando hasta 35 grados Celsius el viernes y posiblemente superando los 37 grados el sábado.
«Se esperan temperaturas cercanas o superiores a récords,» mencionó un meteorólogo a NBC News, destacando la anomalía climática de esta ola de calor.
Mientras tanto, en la costa oeste, unos 26 millones de personas en California también enfrentan alertas de calor. En Nuevo México, varios incendios forestales han obligado a miles de personas a evacuar, con devastadoras consecuencias que incluyen la destrucción de 1,400 estructuras y al menos dos muertes.
Los expertos meteorológicos explican que lo preocupante de esta ola de calor es la persistencia de altas temperaturas durante la noche, lo que limita el tiempo de recuperación para el cuerpo humano.
El NWS advirtió sobre los riesgos para la salud pública, especialmente para aquellos sin acceso a aire acondicionado confiable. En Nueva York, los pasajeros del tren experimentaron condiciones sofocantes debido a una falla eléctrica relacionada con el calor, mientras que Amtrak ha reducido la velocidad de sus trenes debido a las altas temperaturas, con posibles retrasos significativos.
En respuesta a la situación, el gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró estado de desastre en 51 condados después de la llegada de la tormenta Alberto, la primera con nombre de la temporada de huracanes, que trajo fuertes lluvias a la región.
Según los meteorólogos, esta ola de calor se atribuye a la configuración del chorro de viento, que ha desviado hacia el norte, creando lo que se conoce como un «domo de calor» sobre el este de Estados Unidos.
El NWS recomienda a la población tomar precauciones como beber líquidos, permanecer en lugares con aire acondicionado, evitar la exposición prolongada al sol y verificar el bienestar de familiares y vecinos durante este periodo de altas temperaturas.