Según un estudio publicado en la revista Addiction, el consumo diario de cannabis superó al del alcohol en Estados Unidos por primera vez en la historia. Basado en datos de la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud de EE. UU., el estudio revela que en 2022, 17,7 millones de personas declararon consumir cannabis todos o casi todos los días, mientras que 14,7 millones afirmaron hacer lo mismo con el alcohol.
Aunque el número total de personas que beben sigue siendo mayor, el consumo frecuente de alcohol ha disminuido en los últimos 15 años, mientras que el consumo diario de cannabis se ha multiplicado por 15 desde 1992, cuando alcanzó su punto más bajo.
Esta tendencia coincide con la rápida legalización del cannabis en Estados Unidos. Actualmente, 24 estados y Washington D.C. permiten su uso recreativo, y 38 estados y D.C. lo permiten con fines médicos.
Jonathan P. Caulkins, profesor de Política Pública en la Universidad Carnegie Mellon, atribuye este aumento en parte a una mayor aceptación social del cannabis. Además, sugiere que las personas pueden sentirse más cómodas revelando su consumo de cannabis ahora que en el pasado.
A pesar de estos cambios, expertos como Michael Murphy, profesor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard, advierten sobre los riesgos para la salud mental asociados con el consumo frecuente de cannabis, especialmente entre los jóvenes.
La concentración de THC, el componente psicoactivo del cannabis, ha aumentado significativamente en las últimas décadas. Esto, junto con la disponibilidad de productos de alta potencia, plantea preocupaciones sobre el desarrollo de trastornos psicóticos y otros problemas de salud.
Aunque algunos defensores de la legalización del cannabis argumentan que puede alejar a las personas de los perjuicios del alcohol, datos como estos sugieren que la realidad es más compleja.
El estudio llega en un momento en que el gobierno de Joe Biden ha rebajado la categoría del cannabis en la lista de sustancias controladas, lo que refleja un cambio en la percepción oficial sobre esta droga en el país.
Expertos instan a una mayor comprensión de los diferentes patrones de consumo y sus impactos en la salud pública para informar políticas y prácticas más efectivas en el futuro.