El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, ha solicitado más ayuda a nivel internacional para atender a los solicitantes de asilo provenientes de Nicaragua tras el estallido de la crisis política en 2018.

«Vengo de un país con una larga tradición de proveer refugio a personas desplazadas contra su voluntad por motivos de seguridad o violencia. Me siento muy honrado de co-auspiciar este primer Foro Mundial de Refugiados junto con los países amigos de Etiopía, Alemania, Pakistán y Turquía», manifestó el dirigente costarricense.

Con estas palabras, Alvarado ha introducido su mensaje de casi 15 minutos este martes en Ginebra, Suiza, al referirse a los países que han tomado la batuta en esta discusión sin precedentes en lo que va del siglo XXI.

Según un comunicado de la Presidencia de Costa Rica, Alvarado expuso la importancia de la responsabilidad compartida para atender y dar acogida a estas poblaciones en condición de vulnerabilidad. Pero, tras hacer hincapié en los esfuerzos integrales que históricamente ha realizado Costa Rica, ha recordado que los países que reciben y acogen refugiados hacen una inmensa contribución de sus propios recursos limitados al bien de la Humanidad y que, por tanto, «es imperativo que obtengan un apoyo tangible de la comunidad internacional».

«La existencia de un principio de responsabilidad compartida solo es posible en un enfoque multilateral», indicó.

Costa Rica, el país latinoamericano con el mayor porcentaje de población inmigrante respecto a su población total, con un 10,5 por ciento en 2019, ha alzado así la voz en el foro.

Así, Alvarado ha detallado que «el comienzo de este siglo estuvo marcado por una fuerte afluencia de colombianos y esta década por la llegada de venezolanos, haitianos, migrantes del Caribe y del Triángulo Norte de América Central».

«Sin embargo, en los últimos dos años, las personas de Nicaragua constituyen la gran mayoría, presentando más de setenta mil solicitudes de refugio entre 2018 y 2019», informó.

El mandatario ha expuesto, además, el compromiso del país para seguir siendo un lugar seguro para los refugiados, sin embargo explicó que la situación económica actual hace más que necesaria la cooperación internacional.

«Cada niño que cruza nuestras fronteras tiene los mismos derechos que los niños costarricenses. Debido a nuestro enfoque de Derechos Humanos, Costa Rica continuará haciendo una inversión significativa de recursos públicos en estas áreas, pero las restricciones fiscales harán que sea imposible seguir aumentando el financiamiento para cubrir a la población migrante y refugiada que todavía necesitan de nuestro apoyo», explicó.

Nicaragua vive una crisis política y social desde mediados de abril de 2018, cuando una reforma al sistema del Seguro Social desató violentas protestas contra la administración del presidente Daniel Ortega, en las que han fallecido más de 300 personas.

POR AGENCIAS

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