El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio este martes un plazo de tres a cuatro días al movimiento palestino Hamás para responder a su plan de paz en Gaza, iniciativa que ya recibió el respaldo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El plan incluye:
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Alto el fuego inmediato.
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Liberación de rehenes israelíes en 72 horas.
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Desarme de Hamás.
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Retirada gradual de las fuerzas israelíes.
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Creación de una autoridad de transición dirigida por Trump, junto al ex primer ministro británico Tony Blair, y el despliegue de una fuerza internacional temporal de estabilización.
Trump advirtió que, si Hamás no acepta, “lo pagará con el infierno”.
Reacciones internacionales
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Israel: Netanyahu expresó su apoyo, señalando que el plan “logra nuestros objetivos bélicos”, aunque advirtió que el ejército israelí seguirá presente en la mayor parte de Gaza y reiteró que no aceptó la creación de un Estado palestino.
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El ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, criticó la iniciativa, calificándola de “fracaso diplomático”.
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Hamás: el movimiento islamista confirmó que está evaluando el plan de manera “responsable”, según mediadores de Catar.
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Países árabes y musulmanes, entre ellos Egipto y Catar, aplaudieron los “esfuerzos sinceros” de Trump.
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Europa: Reino Unido, Francia, Alemania e Italia respaldaron la propuesta.
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Rusia también expresó su apoyo.
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El secretario general de la ONU, António Guterres, instó a “todas las partes” a comprometerse con la iniciativa.
Escepticismo en Gaza
En el terreno, el plan genera dudas. “Está claro que no es realista. Fue elaborado bajo condiciones que Estados Unidos e Israel saben que Hamás nunca aceptará”, dijo Ibrahim Joudeh, programador de 39 años refugiado en el sur de Gaza.
Mientras tanto, los bombardeos israelíes continuaron el martes en Ciudad de Gaza y otras zonas del enclave, según la Defensa Civil local.
Contexto del conflicto
La guerra comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando un ataque de Hamás dejó 1.219 muertos en Israel, en su mayoría civiles. La ofensiva militar israelí posterior ha provocado la muerte de 66.097 palestinos, también en su mayoría civiles, de acuerdo con cifras del Ministerio de Salud de Gaza consideradas fiables por la ONU.