Las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, programadas para este fin de semana en Ginebra, son vistas como un «paso positivo y constructivo hacia la desescalada», según estimó la directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala. En un comunicado emitido el viernes, la OMC subrayó la importancia de un diálogo continuo entre las dos mayores economías del mundo para reducir las tensiones comerciales, evitar la fragmentación geopolítica y preservar el crecimiento global.

Diálogo clave entre potencias económicas

Las conversaciones serán lideradas por Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, quien se reunirá con He Lifeng, vice primer ministro de China. Se trata de las negociaciones de más alto nivel entre ambas potencias comerciales desde el inicio de la guerra comercial desatada por el presidente estadounidense Donald Trump a principios de año.

Desde entonces, Estados Unidos y China se han impuesto mutuamente aranceles crecientes, lo que ha provocado turbulencias económicas tanto en las dos naciones como a nivel global. La expectativa de estas reuniones es generar un diálogo más fluido que permita mitigar las tensiones y encaminarse hacia un relajamiento de las medidas arancelarias.

Secretismo y expectativas

Las conversaciones, que se llevarán a cabo el sábado y domingo, se realizan bajo un estricto secreto, sin detalles sobre la agenda, el lugar o los horarios de las reuniones. Según Bessent, las conversaciones no tienen como objetivo firmar un gran acuerdo comercial, sino más bien sentar las bases para futuras negociaciones.

El secretario del Tesoro de Estados Unidos explicó en una entrevista con Fox News que su enfoque será discutir la desescalada de las tensiones comerciales, priorizando un acercamiento que evite una mayor escalada. Esto refleja la necesidad de ambas naciones de abordar de manera cuidadosa los aspectos comerciales sin aumentar aún más las fricciones.

Un momento clave para la economía global

Este diálogo llega en un momento crítico, donde la economía mundial ha sido afectada por el conflicto comercial entre ambas naciones, que ha impactado sectores clave como el comercio de bienes y servicios, la cadena de suministros global y la estabilidad de los mercados internacionales.

El resultado de estas conversaciones podría tener implicaciones significativas no solo para las economías de Estados Unidos y China, sino también para la economía global en su conjunto, en un contexto de crecientes desafíos geopolíticos y económicos.

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