Ernesto Fonseca Carrillo, conocido como ‘Don Neto’, ha sido liberado tras cumplir una condena de 40 años de prisión por el secuestro y asesinato en 1985 de Enrique Camarena, agente encubierto de la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA). La liberación de Fonseca Carrillo, quien se encontraba bajo arresto domiciliario desde 2016 debido a su deteriorado estado de salud, se formalizó el pasado domingo, según confirmaron las autoridades mexicanas.
A sus 94 años, ‘Don Neto’ culmina su largo periodo de reclusión, habiendo pasado los últimos nueve años de su condena en su residencia en Atizapán, Estado de México. Este arresto domiciliario fue aprobado por las autoridades mexicanas debido a las condiciones de salud del exlíder del Cártel de Guadalajara, una de las organizaciones criminales más poderosas de México durante la década de los 80.
Falta de extradición a Estados Unidos
A diferencia de su compañero de crimen y también fundador del Cártel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero, ‘Don Neto’ ha logrado evitar la extradición a Estados Unidos a pesar de los intentos de la justicia estadounidense. La última solicitud de extradición ocurrió en 2015, cuando el gobierno de Enrique Peña Nieto desestimó el pedido, argumentando que Fonseca Carrillo ya había sido juzgado y condenado en México por los mismos hechos.
El gobierno mexicano sostuvo que extraditar a Fonseca Carrillo violaría los principios constitucionales del país, lo que impedía su entrega a Estados Unidos para ser juzgado nuevamente por el asesinato de Camarena, un crimen que sigue siendo uno de los más emblemáticos en la lucha contra el narcotráfico en América Latina.
El legado del Cártel de Guadalajara
Fonseca Carrillo, junto a Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido como el ‘Jefe de Jefes’, es considerado uno de los precursores de las modernas organizaciones criminales mexicanas. Fundado en 1978, el Cártel de Guadalajara fue la primera organización en México dedicada exclusivamente al narcotráfico, marcando el inicio de lo que hoy se conoce como el narcotráfico organizado en el país.
Aunque el Cártel de Guadalajara se desintegró tras la captura y posterior encarcelamiento de sus líderes, su legado perdura en las generaciones posteriores de carteles, particularmente en el Cártel de Sinaloa, que ha jugado un papel central en el tráfico de drogas a nivel global.