Los salvadoreños comenzarán a sentir los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que podría desencadenar una serie de repercusiones económicas. Entre los primeros efectos, se encuentra el aumento en los precios de productos importados, como los vehículos de segunda mano, cuya cotización podría subir debido a los aranceles más altos impuestos sobre los materiales que se utilizan para su fabricación.
De acuerdo con economistas salvadoreños, la guerra comercial no solo incrementará la inflación, sino que también afectará otros aspectos clave de la economía del país, tales como las remesas, las exportaciones y las inversiones extranjeras. Rommel Rodríguez, coordinador del Área de Macroeconomía y Desarrollo de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), explicó que uno de los primeros impactos se verá en el empleo. Las empresas exportadoras podrían enfrentar una caída en la demanda de sus productos, lo que las obligaría a reducir el personal.
Oscar Cabrera, expresidente del Banco Central de Reserva (BCR), destacó que, en medio de una recesión en Estados Unidos, el empleo en ese país se verá afectado, lo que tendrá repercusiones en la diáspora salvadoreña. «Esto tendrá un impacto directo en la disminución de las remesas, que son un canal fundamental de ingresos para muchas familias en El Salvador», añadió Cabrera.
La reciente imposición de aranceles por parte de la administración de Donald Trump ha tenido consecuencias inmediatas en los mercados globales, con caídas en las principales bolsas y un descenso en el valor del bitcoin. Además, los economistas han advertido sobre la posibilidad de que la guerra comercial desencadene una recesión en Estados Unidos, lo que afectaría aún más a economías dependientes como la de El Salvador.
Impacto en las Exportaciones y la Inversión Extranjera
Rodríguez destacó que, al igual que ocurrió durante la crisis financiera global de 2009, los efectos de una recesión en Estados Unidos podrían reflejarse en la economía salvadoreña a través de la reducción de las remesas y las exportaciones. «Las empresas exportadoras tendrán que afrontar costos más altos debido a los aranceles, lo que podría llevar a una reestructuración que afecte el empleo», comentó Rodríguez.
Los datos del Banco Central de Reserva (BCR) muestran que las exportaciones de El Salvador ya enfrentaban dificultades antes del impacto de la guerra comercial. Al cierre de 2023, las exportaciones salvadoreñas cayeron un 8.7 %, alcanzando un total de $6,498.1 millones. Esta tendencia continuó en 2024, con una caída del 0.8 % en las exportaciones, que totalizaron más de $6,447 millones.
Por otro lado, las inversiones extranjeras provenientes de Estados Unidos también se han visto afectadas. Al finalizar 2024, las inversiones de empresas estadounidenses en El Salvador fueron de $113.38 millones, una disminución en comparación con los $117.82 millones de 2023. Rodríguez señaló que la incertidumbre económica y los desincentivos derivados de la guerra comercial podrían reducir el apetito por inversiones en el país.
Aumento de la Inflación y Precios de Productos Importados
Uno de los efectos más inmediatos de la guerra comercial será el aumento en los precios de los productos importados, especialmente aquellos provenientes de Estados Unidos, que es el principal socio comercial de El Salvador. Cabrera explicó que las empresas salvadoreñas dependen de insumos de Estados Unidos, por lo que el aumento de los aranceles causará un alza generalizada en los precios de los productos, afectando tanto a los consumidores como a los productores.
Proyecciones de Recesión en El Salvador
El presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (Fudecen), Cabrera, advirtió que si la recesión en Estados Unidos continúa, con probabilidades entre el 40 % y el 60 %, los efectos en la economía salvadoreña serán notorios en los próximos meses. Si las medidas de Trump no se revierten, se espera que a finales de este año la economía estadounidense entre en recesión, lo que, según el expresidente del BCR, Carlos Acevedo, llevará a El Salvador a experimentar una situación económica similar seis meses después, desencadenando una recesión aún más prolongada que la de 2020, con impactos negativos en el empleo, los ingresos y la pobreza.