El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha revelado nuevos aranceles que afectarán a 185 países de todo el mundo, según un anuncio realizado el pasado jueves. Sin embargo, hay una notable excepción en esta lista: Rusia y Bielorrusia no se ven afectadas por estas medidas, lo que ha generado dudas sobre las razones detrás de esta decisión.

En una entrevista reciente, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, afirmó que no existe comercio significativo con Rusia debido a las sanciones impuestas por la guerra en Ucrania. Sin embargo, las estadísticas contradicen esta afirmación. De acuerdo con la Oficina del Censo de Estados Unidos, el comercio bilateral entre ambos países ha disminuido significativamente desde el inicio del conflicto en Ucrania, pero aún continúa. En 2021, el volumen comercial entre Estados Unidos y Rusia alcanzaba los 36.000 millones de dólares, mientras que en 2024 se espera que sea de aproximadamente 3.500 millones de dólares. Las importaciones provenientes de Rusia incluyen productos clave como fertilizantes y productos químicos inorgánicos, lo que subraya la importancia de las relaciones comerciales, aunque en un volumen mucho menor que en el pasado.

¿Por qué Rusia y Bielorrusia no están en la lista?

Mientras países como Kazajistán, con un volumen comercial similar al de Rusia, enfrentan aranceles del 27%, Rusia se mantiene exenta. Ucrania, por su parte, a pesar de tener un comercio mucho más reducido con Estados Unidos, sí está incluida en la lista, con un arancel del 10%. Además, países como Venezuela están también en la lista, a pesar de ser objeto de sanciones estadounidenses, mientras que naciones como Corea del Norte, Cuba y Bielorrusia siguen fuera del alcance de los nuevos aranceles.

La ausencia de Rusia y Bielorrusia en la lista ha sido vista por algunos analistas como una decisión política estratégica. Según la politóloga Alexandra Filippenko, esta omisión podría interpretarse como un intento de Trump por mantener una relación más estrecha con Moscú, especialmente en un contexto de tensiones internacionales. Durante la visita a Washington del enviado especial de Vladimir Putin, Kirill Dmitriev, se mencionó que ambas partes están dispuestas a “construir la cooperación”, tanto en asuntos económicos como internacionales.

Las implicaciones de esta decisión

Desde una perspectiva económica, la decisión de Trump de no imponer aranceles a Rusia puede no tener una lógica clara, dado el bajo nivel de comercio entre ambos países en la actualidad. Según Oleg Buklemishev, director del Centro de Investigación de Política Económica de la Universidad Estatal de Moscú, la imposición de aranceles elevados a Rusia podría resultar contraproducente, especialmente en términos de costos energéticos, un tema crucial dado que Estados Unidos depende de fuentes de energía importadas.

Al mismo tiempo, las sanciones financieras y logísticas que persisten dificultan el regreso de las relaciones comerciales a los niveles anteriores, lo que hace poco probable que se reviertan los efectos de las restricciones en el futuro cercano. China, por su parte, ya ha absorbido parte del mercado ruso, lo que podría hacer que las relaciones económicas entre Rusia y Estados Unidos no vuelvan a ser como en tiempos pasados.

Aranceles a países con escaso comercio

Además de las omisiones políticas, sorprende que se incluyan países como las Islas Heard y McDonald, territorios deshabitadas con los que Estados Unidos apenas mantiene intercambios comerciales, mientras que países con relaciones más estrechas, como Canadá y México, no están sujetos a nuevas tarifas, aunque ya están afectados por aranceles del 25% en la mayoría de los productos importados.

Esta disparidad en la aplicación de los aranceles plantea interrogantes sobre la coherencia y los objetivos estratégicos de las políticas comerciales de Trump, quienes podrían estar utilizando estas medidas para fines políticos más que para lograr beneficios económicos tangibles.

En resumen, la decisión de Trump de excluir a Rusia y Bielorrusia de los nuevos aranceles, mientras impone tarifas a países con comercio mucho más limitado, refleja una mezcla de consideraciones políticas y económicas que podrían tener repercusiones en las relaciones internacionales y en la estrategia económica global de Estados Unidos.

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