El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, realizará una visita a Groenlandia este viernes, un viaje que se da en el marco de las tensiones derivadas de las recientes declaraciones del expresidente Donald Trump sobre la isla autónoma de Dinamarca. La visita, que incluye un recorrido por la base militar estadounidense en Pituffik, se ha percibido como una respuesta directa a la retórica anexionista de Trump, quien afirmó que «necesitamos Groenlandia» para garantizar la seguridad nacional.
A pesar de la firme postura de los gobiernos de Dinamarca y Groenlandia ante las declaraciones de Trump, la visita de Vance sigue generando controversia. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha calificado la presión de Estados Unidos sobre Groenlandia como «inaceptable» y reafirmó el compromiso del país con la autonomía de la isla. Sin embargo, el vicepresidente estadounidense, acompañado de su esposa Usha y el secretario de Energía, Chris Wright, tiene previsto mantener reuniones clave con las tropas destacadas en la región y obtener información sobre los temas de seguridad en el Ártico.
El viaje de Vance se produce en medio de las críticas por sus comentarios previos en los que indicó que Dinamarca no estaba «haciendo su trabajo» para proteger Groenlandia. A pesar de las tensiones diplomáticas, la visita tiene un carácter principalmente informativo, enfocándose en la seguridad de la región y la relevancia estratégica de la base de Pituffik, considerada un pilar fundamental para el sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos, especialmente para detectar posibles amenazas provenientes del Polo Norte.
La base de Pituffik, anteriormente conocida como Thule Air Base, ha sido de vital importancia tanto durante la Guerra Fría como en la actualidad. Este punto estratégico en el Ártico ha sido clave para la vigilancia de misiles lanzados desde Rusia, lo que refuerza la relevancia de la instalación dentro del contexto de la seguridad nacional de EE. UU.
Coincidiendo con la visita de Vance, el nuevo primer ministro de Groenlandia, Jens-Frederik Nielsen, anunció la formación de una coalición cuatripartita para hacer frente a las presiones externas, incluida la creciente influencia de Estados Unidos en la región. Esta coalición pretende consolidar el gobierno autónomo de Groenlandia y responder de manera unificada a los desafíos geopolíticos que enfrenta la isla.
El presidente ruso Vladimir Putin también se ha referido a las declaraciones de Trump, vinculando la idea de anexar Groenlandia a proyectos históricos y expresando su preocupación sobre el riesgo de conflictos en el Ártico. Mientras tanto, Dinamarca ha intensificado su presencia militar en la región, anunciando una inversión de casi $2,000 millones para reforzar su seguridad en el Ártico y el Atlántico Norte, incluyendo la compra de nuevos buques y drones de vigilancia.
Groenlandia, una isla cubierta en un 80% por hielo y rica en recursos hidrocarburíferos y minerales, mantiene un estatus autónomo dentro del Reino de Dinamarca. La mayoría de la población groenlandesa, en su mayoría inuit, rechaza rotundamente las intenciones de Estados Unidos y reitera su deseo de seguir siendo autónomos, con un fuerte sentimiento de independencia.
En un reciente sondeo, casi la totalidad de la población groenlandesa se mostró en contra de la idea de convertirse en parte de Estados Unidos. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, dejó claro el miércoles que Groenlandia «no está en venta», un mensaje firme dirigido a Washington que resalta el rechazo a cualquier intento de anexión o intervención.
Este viaje de JD Vance subraya la creciente importancia estratégica del Ártico y la tensión geopolítica en la región, donde los intereses de grandes potencias están en juego. A medida que las discusiones sobre la soberanía de Groenlandia y la seguridad en el Ártico continúan, la comunidad internacional seguirá observando de cerca los desarrollos en la isla.