El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con imponer aranceles a Japón como medida para equilibrar el creciente déficit comercial entre ambos países. Sin embargo, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, logró esquivar la amenaza de una guerra comercial abierta mediante una serie de concesiones.
En una reunión celebrada en la Casa Blanca, Trump señaló que los aranceles serían una opción si no se lograba equilibrar el déficit, que actualmente supera los 72,000 millones de dólares, según un informe del Congreso. «No creo que vaya a tener ningún problema en absoluto» para llegar a un acuerdo, aseguró Trump mientras conversaba con Ishiba en el Despacho Oval.
Cuando los periodistas le preguntaron sobre la posibilidad de represalias comerciales por parte de Japón, el primer ministro evitó responder a la pregunta, calificándola de «hipotética». Trump, complacido por la respuesta, elogió la habilidad diplomática de su invitado.
Aunque Ishiba había mencionado en privado que Trump «asustaba por televisión», también destacó que el presidente estadounidense era «muy franco y muy poderoso» en persona. A su regreso a la Casa Blanca, Trump reiteró su promesa de reducir los déficits comerciales de Estados Unidos, y anticipó que la próxima semana se anunciarán nuevos aranceles «recíprocos» con otros socios comerciales.
Gas natural y nuevas inversiones: la respuesta de Japón
En el marco de la reunión, Trump también destacó que Japón se comprometió a comprar «cantidades récord» de gas natural estadounidense, lo cual tiene como objetivo reducir el déficit comercial y fortalecer la seguridad energética de Japón, que enfrenta limitaciones en cuanto a recursos energéticos.
Por otro lado, Shigeru Ishiba prometió realizar «inversiones sin precedentes» en Estados Unidos, con el objetivo de alcanzar un billón de dólares. Japón ya había sido la principal fuente de inversión extranjera directa en Estados Unidos en 2023, y recientemente el gigante japonés SoftBank, cuyo presidente Masayoshi Son tiene una estrecha relación con Trump, se unió a un importante proyecto de inversión en inteligencia artificial en territorio estadounidense.
Trump confirmó que parte de estas nuevas inversiones beneficiarán a la industria siderúrgica de Estados Unidos, especialmente a la empresa US Steel, a través de la japonesa Nippon Steel, y aclaró que ya no se contempla una posible adquisición de dicha empresa por parte de Japón.
Defensa y cooperación contra la «agresión económica china»
Además de los temas comerciales, la defensa regional también fue un punto clave en la reunión. Ambos líderes discutieron las crecientes ambiciones de China respecto a Taiwán y la situación de Corea del Norte. Japón, que alberga a una significativa presencia militar estadounidense en su territorio, se mostró preocupado por las acciones de Pekín en la región, especialmente en el Mar de China Meridional.
Trump y Ishiba acordaron fortalecer la cooperación entre ambos países para contrarrestar lo que denominaron «agresión económica china», y condenaron las «actividades provocadoras» de Pekín en la región. La colaboración en materia de defensa y seguridad parece ser una prioridad para ambos gobiernos ante la creciente influencia de China.