El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha causado una ola de reacciones internacionales al anunciar la imposición de aranceles del 25% para productos provenientes de Canadá y México, los dos principales socios comerciales de Estados Unidos, en virtud del acuerdo de libre comercio T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá). A pesar de que el T-MEC debe ser revisado el próximo año, muchos consideran que estas medidas son un claro mensaje de que Trump no hará distinciones entre aliados y rivales cuando se trata de su política comercial.
Una sorpresa para los aliados más cercanos
El anuncio sorprendió especialmente a Canadá, el «más cercano y antiguo aliado de Estados Unidos», en palabras de Petros Mavroidis, profesor en la Universidad de Columbia. “Es una locura que apunte contra México y Canadá, sobre todo a Canadá, que es un aliado estratégico de décadas”, dijo Mavroidis en entrevista con AFP. Trump, al insistir en estas medidas, estaría asumiendo el riesgo de enfrentarse con sus propios aliados. Erin Murphy, investigadora del Center for Strategic and International Studies (CSIS), destacó que la decisión de Trump no solo afecta a rivales como China, sino también a los países con los que Estados Unidos tiene acuerdos comerciales, como es el caso de Canadá y México.
El contexto del T-MEC
El T-MEC, firmado durante el primer mandato de Trump, se presenta como uno de los logros más importantes de su administración en cuanto a relaciones comerciales. Sin embargo, los aranceles que se han anunciado parecen contradecir la naturaleza del acuerdo, cuyo objetivo era promover un comercio más libre y justo entre los tres países. La revisión del T-MEC está programada para el próximo año, pero el aumento de los aranceles demuestra que Trump no está dispuesto a esperar a las negociaciones formales para implementar su estrategia económica.
Las razones detrás de los aranceles
Durante su campaña electoral, Trump había prometido usar los aranceles como una herramienta central de su política económica. Estos derechos aduaneros servirían no solo para financiar recortes fiscales y reducir el déficit comercial, sino también para incentivar la producción nacional y utilizar los aranceles como «moneda de cambio» en futuras negociaciones comerciales. En concreto, Trump ha hablado de aranceles de 10% a 20% para todos los productos importados y de hasta 60% a 100% para los productos chinos.
Represalias y tensiones globales
Las decisiones de Trump han generado una fuerte preocupación en los mercados internacionales. Bernard Yaros, economista de Oxford Economics, advirtió que los socios comerciales de Estados Unidos en Europa y Asia no dudarán en tomar represalias, lo que podría tener un impacto negativo en el crecimiento económico global. En este sentido, Gary Hufbauer, del Peterson Institute for International Economics (PIIE), predice que Europa no cederá a las demandas de Trump y responderá con aranceles sobre productos clave estadounidenses, como naranjas, iPhones, y whisky.
Los países asiáticos más poderosos, como Japón y Corea del Sur, también podrían implementar medidas de represalia, aunque se espera que lo hagan sin que esto escale a una guerra comercial abierta.
La Organización Mundial de Comercio (OMC) y el futuro del comercio internacional
El profesor Mavroidis expresó dudas sobre el papel de la Organización Mundial de Comercio (OMC), señalando que, aunque esta institución podría intervenir en las disputas comerciales, Estados Unidos podría ignorar sus decisiones. «Desearía que la OMC siga siendo importante, pero empiezo a dudar», afirmó Mavroidis, al señalar que Estados Unidos no ha mostrado interés en promover avances en la organización, ni en firmar nuevos acuerdos internacionales.
Europa se prepara para enfrentar las tensiones comerciales
En respuesta a las posibles tensiones comerciales, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que Europa buscará una «cooperación constructiva» con el gobierno de Trump, pero dejó claro que, en caso de un retorno de las tensiones comerciales, la Unión Europea estaría dispuesta a responder. Jovita Neliupsiene, embajadora de la UE en Washington, destacó la importancia de que Europa mantenga una posición unificada frente a los desafíos comerciales con Estados Unidos. Petros Mavroidis también destacó la necesidad de que Francia y Alemania dejen de lado sus diferencias para formar una estrategia común en defensa del comercio europeo.
Un camino propio para Europa
Mavroidis sugirió que, si fuera el comisario europeo de Comercio, propondría seguir un camino propio y fortalecer las relaciones comerciales con otros bloques como el Mercosur, India y los países del Acuerdo Transpacífico, que Estados Unidos abandonó en 2017. Este enfoque permitiría a Europa diversificar sus relaciones comerciales y reducir su dependencia de las políticas comerciales de Estados Unidos.
El presidente electo Donald Trump ha dejado claro que, en su enfoque proteccionista, no habrá excepciones para aliados ni rivales. El mundo se enfrenta a un escenario de incertidumbre económica y política, donde las represalias, el aislamiento económico y los conflictos comerciales podrían convertirse en una nueva normalidad, con posibles consecuencias para el crecimiento global.