En respuesta al desafío continuo del flujo migratorio a través de la frontera natural entre Panamá y Colombia en la selva del Darién, el nuevo presidente de Panamá ha decidido tomar medidas decisivas para regularizar y asegurar la migración, protegiendo tanto a los migrantes como la seguridad nacional.
Como parte de esta iniciativa, se ha procedido al cierre de varios pasos irregulares frecuentemente utilizados por migrantes en su trayecto hacia Estados Unidos. Esta acción no solo busca frenar el flujo migratorio, sino también proteger a los migrantes de las bandas criminales que operan en la zona y que explotan este cruce ilegalmente para obtener ingresos.
Simultáneamente, el gobierno ha establecido un paso humanitario para garantizar los derechos y la seguridad de los migrantes. Este nuevo paso conduce a los migrantes hacia la zona de Lajas Blancas, donde recibirán atención médica y otros servicios necesarios. Posteriormente, serán transportados en autobuses hasta Costa Rica, donde podrán continuar su viaje de manera más segura y regulada.
Estas acciones son parte de un acuerdo bilateral entre Panamá y Estados Unidos, diseñado para controlar y reducir el paso migratorio en esta región. Se espera que estas medidas iniciales conduzcan a una disminución significativa en los índices migratorios y protejan a los migrantes de ser víctimas de las bandas criminales que operan en la selva, quienes frecuentemente extorsionan y explotan a los migrantes.
El gobierno panameño está comprometido a seguir implementando medidas adicionales en el futuro para abordar de manera integral esta compleja situación migratoria y fortalecer la cooperación regional en la protección de los derechos humanos y la seguridad de todos los involucrados.