La congresista María Elvira Salazar se destacó en un breve interrogatorio al subsecretario de Estado de Estados Unidos, Brian Nichols, durante una sesión del Comité de Asuntos Exteriores del Congreso de Estados Unidos. El tema central fue el cambio en la política estadounidense hacia el gobierno de Nayib Bukele en El Salvador.
Salazar comenzó recordando al subsecretario Nichols su presencia en la segunda toma de posesión del presidente salvadoreño el 1 de junio, señalando el progreso de El Salvador desde ser «en un momento la capital mundial del asesinato» hasta convertirse en «el país más seguro del Hemisferio Occidental». Sin embargo, hizo hincapié en la previa reticencia hacia Bukele por parte del gobierno estadounidense, preguntando qué hizo bien este último para merecer reconocimiento.
Nichols elogió los esfuerzos de Bukele y su gobierno en la implementación de medidas integrales del Estado de Derecho y la lucha contra las pandillas, aunque expresó preocupación por la necesidad de garantizar el respeto a dicho Estado y a los derechos de los ciudadanos.
Salazar, reiterando su apoyo al respeto de los derechos humanos, instó a considerar el modelo salvadoreño como ejemplo a seguir. Luego, cambió el enfoque hacia Cuba, limitada por el tiempo disponible.
En otra instancia, Salazar cuestionó sobre el lavado de dinero de negocios cubanos en el sistema bancario estadounidense y la sanción a Consuelo Porras en Guatemala. Nichols explicó que Porras fue sancionada por socavar las instituciones democráticas y las elecciones libres. Ante la comparación con otros líderes latinoamericanos, se solicitó una respuesta por escrito debido a limitaciones de tiempo.
En la misma audiencia, el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Michael McCaul, resaltó la importancia de establecer asociaciones para contrarrestar la influencia de China, Rusia e Irán en el hemisferio. Planteó la necesidad de una nueva doctrina para proteger los intereses y promover la prosperidad compartida.
Nichols afirmó que trabajan con países que respetan la democracia y el derecho de los votantes a elegir sus gobiernos, enfatizando su compromiso con la región.