América Latina y El Caribe están viviendo una crisis en cuanto a migración infantil, con un récord mundial de niños que cruzan por sus principales puntos de tránsito. Con un 25% de mirantes de la región que son menores de edad, frecuentemente no acompañados, frente a un 15% a nivel mundial. Una situación migratoria generada por la pobreza, la violencia y la degradación del medio ambiente.
Los menores de 11 años constituyen el 91% de niños, niñas y adolescentes que cruzan por los tres puntos con mayor tránsito migratorio, en los que están la selva del Darién entre Colombia y Panamá, el norte de América central y México,
Además de 808,000 migrantes y refugiados mexicanos que intentaron llegar en 2022 a EE.UU, había casi 40,000 menores acompañados y otros 28,000 no acompañados.
También se registra que por la selva del Darién han llegado a pasar niños de más de 70 nacionalidades, y de lugares distantes como África y Asia. Un problema que se está fortificando cada año, ante la desigualdad social que viven estos menores de edad lo cual los empuja a abandonar su nación y perseguir un mejor futuro atravesando un camino lleno de peligros y donde su vida pende de una hilo.