El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció que, a partir del 30 de octubre, los permisos de empleo para ciertas categorías de inmigrantes ya no recibirán una extensión automática de 540 días, medida que revertirá una política implementada durante la administración de Joe Biden para agilizar renovaciones.

El USCIS, a cargo de Joseph Edlow, indicó que el cambio responde a la priorización de la seguridad nacional y permitirá una verificación más estricta de antecedentes de quienes solicitan autorización para trabajar. La política se basa en una orden ejecutiva de Donald Trump.

La decisión ha generado rechazo de organizaciones proinmigrantes. La Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración (AILA) advirtió que podría causar despidos masivos, afectando a empleadores y la estabilidad económica. La ONG FWD.us calificó la medida como “injusta” y pidió modernizar los procesos en lugar de imponer más barreras.

El DHS confirmó que habrá excepciones legales, como para beneficiarios del TPS, pero las organizaciones alertan que el USCIS enfrenta falta de personal y recursos para procesar las solicitudes acumuladas.

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