El Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, celebró la decisión del presidente de la República, Nayib Bukele, de invitar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) al país, luego de no hacerse en 32 años.
«Saludamos visita CIDH a El Salvador por invitación del presidente Nayib Bukele. Celebramos apertura de El Salvador luego de 32 años y disposición del presidente a mejorar condiciones estructurales de Derechos Humanos en su país», escribió ayer Almagro en su cuenta de Twitter.
«Es un gobierno con fuerte voluntad de cambio en esa área», agregó.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA). La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observación y defensa de los derechos humanos en la región y actuar como órgano consultivo de la OEA en la materia.
Las últimas visitas in loco llevadas a cabo por la Comisión en nuestro país fueron en 1978 y 1987.
Y este año, la CIDH realizó su visita entre el 2 y 4 de diciembre, realizando una observación en terreno sobre la situación de derechos humanos, atendiendo temas relacionados con seguridad ciudadana, memoria, verdad justicia y acceso a la justicia, la situación de los derechos de las mujeres y personas LGBTI, los migrantes y desplazados, y los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.
En su informe preliminar, la CIDH vio positivamente la reducción de la tasa de homicidios, los cuales, según el Gobierno, se han reducido hasta alcanzar 50 por cada 100,000 habitantes.
Pero también llamó la atención al Gobierno para que ordene y entregue los documentos militares a las víctimas del conflicto armado, autoridades judiciales y a la sociedad misma, para avanzar en el conocimiento de la verdad de los crímenes de guerra.
Asimismo, recomienda al Estado salvadoreño evitar la «estigmatización y la desacreditación de periodistas, defensores y defensoras de derechos humanos». Los comisionados piden que se propicie un entorno de trabajo seguro para los periodistas y respetar la independencia de los medios de comunicación, en particular, la independencia editorial.