La Cámara Segunda de lo Penal declaró «improcedente» la demanda que el presidente del partido ARENA, Gustavo López Davidson, hizo contra el presidente de la República, Nayib Bukele, por los delitos de calumnia y difamación.
El pasado 26 de noviembre, López Davidson demandó al mandatario salvadoreño luego que el Ministerio de la Defensa lo denunciara a él ante la Fiscalía General de la República (FGR) por varios delitos contra el Estado.
El Gobierno de Nayib Bukele sostiene que la empresa Centrum, propiedad del presidente de ARENA, ha incurrido en cinco delitos, entre ellos el tráfico ilícito de armas. Según el ministro Francis Merino Monroy, la Fuerza Armada entregó obuses (armamento de artillería), valorado en $2 millones de dólares y a cambio recibieron un “armamento que no funciona”, además que el proceso de permuta del armamento, que el Gobierno anterior realizó con la empresa, «está viciado».
El presidente de ARENA ha negado todos los señalamientos y en su demanda mencionó que la interpuso por los calificativos que Bukele ha usado contra él. “Me ha dicho que soy ladrón, que me he robado cargamento de armas, mercaderes de la muerte y miren curiosamente, cuando dice mercaderes de la muerte, los que andan cuidando a la familia del presidente andan equipos que nosotros les hemos proveído, muchos de los equipos de la PNC y del Ministerio de la Defensa también nosotros”, indicó en aquella ocasión.
En su resolución, la Cámara explicó que «no es la instancia legal donde debe iniciar un proceso contra el presidente de la República». Por ello, los magistrados indicaron que es la Asamblea Legislativa quien primero debe decidir si Nayib Bukele tiene que enfrentar la causa judicial.
El mandatario posee inmunidad pero Gustavo López, hace unas semanas, se atrevió a decir incluso que ya tenía los votos para desaforar al presidente, palabras que causaron polémica dentro de la Asamblea Legislativa, tanto que el diputado Francis Zablah de GANA lo tildó de «loco», mientras que la diputada Milena Mayorga de ARENA aseguró que lo que quería (López) era darle «un golpe de Estado».