Facebook vuelve a sufrir una caída global desde este jueves. La compañía ha confirmado que los problemas afectan a su “familia de apps”, que incluyen Instagram y WhatsApp. “Estamos trabajando para devolver las cosas a la normalidad tan pronto como sea posible”, ha dicho un portavoz de Facebook.

Los países más afectados según Outage Report por ahora son Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Rumanía, Filipinas, Australia y Grecia. La variedad de continentes demuestra la gravedad de la caída.

Desde noviembre de 2018, Facebook ha sufrido al menos cuatro grandes caídas. El pasado 14 de marzo Facebook, Instagram y WhatsApp vivieron su peor caída de la historia, que se prolongó más de 24 horas. También hubo caídas en abril y en julio además de otra anterior en noviembre de 2018.

La reiteración de los problemas no ha pasado desapercibida en Palo Alto, sede de la compañía. “Facebook se ha caído más veces en 2019 que en todos los últimos años juntos”, dijo Mark Zuckerberg, fundador de la red social, en una reunión interna con sus empleados el pasado mes de julio. “Así que tenemos un gran problema. Lo estamos haciendo peor que antes y tenemos que centrarnos más en solucionarlo”, añadió, según el audio que filtró de dicha reunión la web The Verge. La infraestructura técnica que sostiene tres aplicaciones con más de 2.000 millones de usuarios provoca fallos en cadena en los sistemas.

El motivo principal de las caídas es la creciente complejidad de la infraestructura técnica que sostiene tres apps que reúnen a más de 2.000 millones de personas. “Cosas que antes habrían sido un pequeño bache, ahora provocan que caigan sistemas. Debemos cambiar la forma de reaccionar, centrarnos más en la fiabilidad de los sistemas. No es que ahora esté mal, pero está yendo peor de lo que debería”, explicó Zuckerberg.

Esta racha nefasta es algo rarísimo en una red que ha presumido desde el principio de su consistencia. Si estos desastres se convierten en algo habitual, su viabilidad podría ponerse en duda, más ahora que Facebook está rotando hacia ámbitos más privados, donde la confianza es central. El máximo dirigente de la red social ya anunció la reorientación hacia una “plataforma de comunicaciones centrada en la privacidad” fundamentada en los siguientes pilares: interacciones privadas, encriptación, permanencia limitada (caducidad programada), seguridad, interoperabilidad y almacenamiento de datos seguro.

El origen de los problemas son técnicos, pero las consecuencias para la compañía son económicas: “Desde un punto de vista de competencia, lo que vemos es que cuando nos caemos en WhatsApp o Instagram Direct, hay gente que simplemente no vuelve. Pueden mover sus mensajes a iMessage (de Apple) o a Telegram o cualquier otro servicio y se ha terminado. Lleva meses ganar de nuevo su confianza en nuestros servicios”.

 

POR AGENCIAS

 

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