Emilia Clarke afirmó que sus jefes de Game Of Thrones la presionaban cuando se negaba a realizar escenas desnuda con las que no se sentía cómoda. En una entrevista con Dax Shepard, la actriz, de 33 años, dijo que los desnudos no estaban contemplados en el contrato, pero sentía que debía hacerlo de todos modos porque era nueva en la industria.

“Soy mucho más sabia ahora con lo que me siento cómoda y con lo que estoy de acuerdo en hacer”, afirmó Clarke. No obstante, tiempo atrás no tenía esa actitud cuando una escena no le gustaba o ponía algún tipo de impedimento. Cuando se empezó a rodar la serie, en julio de 2010, tenía 22 años. Era más joven, más ingenua, estaba comenzando su carrera y no fue fácil poner límites.
“He tenido peleas en el set de rodaje. Yo decía que no, que me cubría con una sábana. Y me replicaban: No querrás decepcionar a tus fans'».

Clarke fue una de las voces principales que se levantaron contra los desnudos innecesarios hasta que se negó a seguir exponiendo su cuerpo ante las cámaras. “Quiero que me conozcan por mi talento, no por mis pechos”, declaró en 2015.

Ahora, con el show terminado tras ocho exitosas temporadas, la actriz ha sido más clara todavía al hablar de las presiones que recibió para mostrarse con poca ropa. Incluso en una ocasión se negó a rodar una escena. La estrella recuerda que si aceptó toda la desnudez de las primeras temporadas fue porque era una actriz primeriza, sin mucha experiencia anterior en cine ni televisión. “Acababa de salir de la escuela de interpretación”, rememoró. “Pensaba que si lo pone en el guion, será claramente necesario, esto es lo que es y todo va a salir bien», expresó.

«Nunca había estado en un rodaje de esa envergadura y de repente estaba completamente desnuda, rodeada de toda esa gente, sin saber lo que se supone que tenía que hacer, ni lo que se esperaba de mí, ni lo que yo quería”, añadió.

 

Jason Momoa, quien interpretó al esposo de Daenerys, Khal Drogo, alentó a su compañera a que sólo hiciera aquello con lo que se sintiera cómoda. “Definitivamente fue difícil. Es por eso que las escenas, cuando pude hacerlas con Jason, fueron maravillosas». indicó.

Estas declaraciones se producen ocho meses después de que la actriz desvelara que sufrió dos aneurismas tras grabar la primera temporada. Lo hizo en un artículo que escribió para The New Yorker donde confesó que se sentía sobrepasada por el éxito de la serie: “Estaba aterrada. Aterrorizada por la atención, por un negocio que apenas entendía. Me sentí, en todos los sentidos, expuesta. En el primer episodio aparecí desnuda y a partir de ahí siempre me hice la misma pregunta: Haces de una mujer fuerte y, sin embargo, te quitas la ropa. ¿Por qué? ¿Cuántos hombres debo matar para demostrar mi valía?”.

POR AGENCIAS

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